La Diócesis de Cádiz y Ceuta inmersa en la celebración del año Jubilar con motivo de los 750 años del traslado de la Sede Episcopal de Asidonia a Cádiz, así como de los 600 años de la creación de la Diócesis de Ceuta y la llegada a Ceuta de la Excelsa Madre y Patrona, la Virgen de África, celebró el pasado sábado la procesión Magna Mariana, uno de los actos centrales que la Diócesis de Ceuta ha organizado con motivo de esta efeméride.
Unas marianas jornadas que durante toda la semana, con los traslados de las imágenes a la Santa Iglesia Catedral, convirtieron las calles de Ceuta en una verdadera fiesta de la fe.
Un verdadero júbilo sentido en las calles, templos y capillas desde primeras horas de la mañana. El primer encuentro tuvo lugar en el Santuario de Santa María de África, donde a las doce de la mañana se celebró la eucaristía presidida por el Vicario General y concelebrada por el clero de la Ciudad. Mientras tanto se producía el pasacalles de la legión y de las diferentes bandas y agrupaciones musicales.
Ya por la tarde alrededor de las 19.00 horas el paso de Santa María de África salía desde su Santuario hasta el monumento de la Constitución donde quedaría situado en el altar creado para la ocasión. Allí esperaban las autoridades civiles y millares y el clero junto a nuestro Obispo. Fue D. Rafael el encargado de recibir a la Santísima Virgen de África con la oración inicial.
Desde este momento, se producía el transcurrir de los pasos, desde la Santa Iglesia Catedral hasta el altar. Al Simpecado del Rocío en su carreta le seguiría María Santísima de las Lagrimas, Nuestra Señora de las Penas, María Santísima de los Dolores, la Virgen Santísima de la Amargura, la Santísima Virgen de la Caridad, María Santísima del Amor, la Sacratísima Virgen de la Esperanza, Nuestra Señora del Desamparo, Madre de Dios de la Palma, Nuestra Señora de la Soledad, Nuestra Señora del Mayor Dolor, y finalmente Nuestra Señora de los Remedios.
Los sacerdotes, al paso de cada imagen, fueron los encargados de rezar la salve. La procesión concluyó con la bendición del Obispo y el traslado de vuelta de la Patrona hacia su santuario.
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