El príncipe Guillermo de la familia real británica ha visitado esta mañana el Santo Sepulcro. Lo ha hecho al final de su viaje a Tierra Santa, que concluye hoy 28 de junio, después de cinco días en Jordania, Israel y Palestina. Le recibieron a la entrada del Santo Sepulcro los representantes de las tres iglesias cristianas propietarias del Santo Sepulcro. Junto al patriarca greco-ortodoxo de Jerusalén, Teófilo, y al arzobispo armenio Sevan Gharibian, se encontraba también presente fray John Luke Gregory, franciscano de la Custodia de Tierra Santa de origen inglés, actualmente delegado del Custodio para Rodas.
Delante de los fotógrafos y de un pequeño grupo de curiosos, el príncipe Guillermo entró en el Santo Sepulcro, en la que es la primera visita oficial de un miembro de la familia real inglesa a la iglesia de la Resurrección. Acompañaba al príncipe Guillermo en el santuario el obispo anglicano de Jerusalén, Suheil Salman Ibrahim Dawani.
En el transcurso de la visita, que duró aproximadamente una hora, los representantes de las iglesias le condujeron en una primera etapa a la Piedra de la Unción, que el príncipe besó invitado por sus tres acompañantes. Después el príncipe entró en el Edículo que contiene la tumba de Cristo, donde el patriarca Teófilo tenía preparadas tres velas para encenderlas por el príncipe, la duquesa de Cambridge, Kate, y la reina Isabel. Fray John Luke sugirió también encender otras dos por el reciente matrimonio del príncipe Harry con su mujer Megan Markle, y por su madre Lady Diana. Desde allí, se dirigieron a la tumba de José de Arimatea, donde el arzobispo armenio ofreció una breve explicación.
Tras pasar por el Katholikon de los griegos, la delegación del príncipe subió a lo alto de la escalera que conduce al Calvario. “Le he explicado que venimos aquí en procesión todos los días y que sostenemos que detrás de la roca del Calvario está sepultado Adán – cuenta fray John Luke Gregory -. La cruz de Jesús clavada sobre esa roca hace visible la unión entre el Nuevo y el Antiguo Testamento, porque Jesús es el nuevo Adán”.
Después, los greco-ortodoxos habían preparado un pequeño refrigerio en su oficina contigua a la capilla de Adán, donde ha sido el momento de las fotos. Allí, el príncipe Guillermo también ha conocido al secretario de la Custodia, fray David Grenier, y a otros frailes del Santo Sepulcro.
“He vivido en este lugar durante seis años y lo conozco muy bien – continuaba fray John Luke -. Por eso he explicado al príncipe que también nosotros tenemos un monasterio dentro de la iglesia del Sepulcro, donde vivimos en fraternidad”.
Tras agradecer la acogida, el príncipe Guillermo salió, escoltado por una multitud de fotógrafos.
“Le he contado al príncipe Guillermo que estaba en el Santo Sepulcro cuando, en el pasado, su abuelo el príncipe Felipe, y en otra ocasión el príncipe Carlos, vinieron en visita privada – concluía fray John Luke -. Esta es la primera vez que se trata de una visita oficial y, en mi opinión, es un gesto positivo”.
Beatrice Guarrera
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