Más de 200 personas, en torno al obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza Boy, se dieron cita el pasado sábado 23 de junio en la cuarta edición de la cena benéfica del Seminario Diocesano Conciliar San Bartolomé.
Comenzó el acto con unas palabras de agradecimiento por parte del Rector, P. Ricardo Jiménez Merlo. Hizo una breve pero detallada exposición de la vida y acción de los seminaristas durante todo el año.
A continuación Mons. Zornoza, tras agradecer la tarea tanto docente como formativa y espiritual del Seminario, resaltó la importancia de la Red de Amigos del Seminario que con más de medio millar de miembros se está consolidando. Continuó remarcando la gran importancia que tiene la oración de la comunidad diocesana para sostener e impulsar las vocaciones a la vida sacerdotal. Una oración que responde al mandato de Cristo: “Rogad al dueño de la mies que envíe obreros a su mies”.
La cena, preparada por el propio personal del Seminario, fue una auténtica experiencia de comunión eclesial, de intercambio y de convivencia. En cada una de las mesas los invitados estuvieron acompañados por los seminaristas, quienes pudieron exponer de primera mano la realidad del Seminario y la experiencia de su propia vocación. La cena estuvo amenizada por la Tuna que llenó de alegría y colorido a la velada.
La finalidad de estas cenas es ayudar a recaudar fondos para el sostenimiento de nuestro Seminario Diocesano y la sensibilización para la oración de todo el pueblo cristiano por las vocaciones. El Seminario es totalmente deficitario, pues con los ingresos no se llega a cubrir ni un tercio de los gastos totales. La diócesis invierte muchísimos recursos en esta institución, pero teniendo presente que las cuentas de nuestra Iglesia son bastantes limitadas eso apenas permite llevar a cabo las necesarias obras de mejora y de mantenimiento que el hogar necesita.
Esta iniciativa es llevada a cabo también por la generosa colaboración de muchos fieles de nuestra diócesis. El rector del Seminario, Ricardo Jiménez, agradece, de forma muy especial, al equipo de organización de la cena formado por Tere Sahagún, Carmen Cózar y Mavy Grosso, por su entrega y dedicación para que todos los detalles estuvieran perfectamente cuidados; así como a los invitados por el cariño que manifiestan por el Seminario y su preocupación por las vocaciones.
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