El pasado 31 de enero tuvo lugar la jornada “Caffarra, maestro y testigo de la verdad del bien”, en memoria del Cardenal Carlo Caffarra, fallecido en septiembre de 2017.
Esta jornada, convocada por el Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para Ciencias del matrimonio y la Familia en Valencia (España), tuvo lugar en la Universidad Católica de Valencia (UCV).
En ella participó el Arzobispo de Valencia, Cardenal Antonio Cañizares; Mons. Livio Melina, ex director del Pontificio Instituto Juan Pablo II; y el Obispo de Alcalá de Henares, Mons. Juan Antonio Reig Pla.
El Cardenal Cañizares aseguró durante la celebración de la jornada que le unía al Cardenal Caffarra “una gran amistad”. Señaló que fue “un gran sabio y un gran santo” a quien se le debe “la gran reforma de la teología moral” y la fundación del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para Ciencias del Matrimonio y la Familia.
“Gracias a él, la Iglesia no fue destruida por la grande y fatídica década de los sesenta. Grande por el Concilio Vaticano II y fatídica porque en esa década se consolidaron tantas ideologías que están destruyendo al hombre. No olvidemos que esa década es una proclamación de la muerte de Dios y de la muerte del hombre, y Caffarra supo defender la verdad del Dios y la verdad del hombre que se revela en Jesucristo”, recordó el Cardenal Cañizares en su intervención recogida por la UCV.
Además subrayó que “para el Instituto Juan Pablo II y para la propia universidad era una deuda hablar de Carlo Caffarra para comprender y denunciar muchas cosas que suceden y que se dicen acerca del matrimonio y la familia. Él fue un maestro y un testigo”.
El Arzobispo de Valencia también aseguró que “se veía quién era de verdad celebrando la Eucaristía” y recordó que un día entró en la capilla de la casa del Cardenal Caffarra mientras celebraba Misa.
“Tengo que decir que no se me borra aquella imagen de él. Se veía un hombre traspasado por Dios, lleno de Dios; fue libre porque entraba en la experiencia de quién es la verdad”, recordó.
Por su parte, Mons. Livio Melina, profesor del Pontificio Instituto Juan Pablo II y director del mismo entre 2006 y 2016, aseguró que “para el Cardenal Caffarra la teología no era una ocupación meramente académica, sino que se arraigaba íntimamente en su testimonio de fe y de amor a Cristo y al ser humano”.
El Prelado también subrayó que el Cardenal Caffarra “amaba intensamente a la Iglesia y al Papa y, por esto, tuvo el coraje de ser no solo maestro, sino también el Testigo de la verdad del amor. Testigo se dice en griego ‘mártir’: ciertamente, él dio la vida por la Iglesia. No podemos saber cuánto sufrió interiormente; lo que sí sabemos es que ahora nos empuja y sostiene”.
Mons. Juan Antonio Reig Pla, Arzobispo de Alcalá de Henares y vicepresidente de la sección española del Instituto Juan Pablo II, afirmó que la “fuerza moral” del Cardenal Caffarra “residía en descubrir que la gracia actúa en las personas”.
Además recordó que el Cardenal se mostró siempre “como un testigo de la fe” porque “mostraba la riqueza de la fe que hacía presente en sus palabras. Sabía hacer preguntas porque conocía la claridad de las respuestas”.
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