Una violencia que atraviesa toda la nación, tiroteos en las escuelas, tensiones políticas, drogas, desempleo, son algunas de las enfermedades que afectan a Estados Unidos, y ante ellos el antídoto es la fe, afirmó el Arzobispo de Filadelfia, Mons. Charles Chaput.
En un discurso pronunciado en la Universidad de Villanova, el Prelado señaló que en su experiencia este es el momento “más conflictivo” en la historia de Estados Unidos “desde la década de 1960”.
Ante esto, afirmó, "una de las tareas de la Iglesia, y de cada uno de nosotros como creyentes, es vivir y trabajar de una manera que ayude a mejorar el mundo que nos rodea", e indicó que "no hay curación sin un buen diagnóstico". "
El discurso del Arzobispo se tituló "Cosas por venir: fe, estado y sociedad en un nuevo mundo", y lo pronunció el pasado 22 de febrero.
El Prelado recordó que "Estados Unidos es la economía de mercado más poderosa del mundo” y “la mayoría de nosotros probablemente estemos de acuerdo que desde la Segunda Guerra Mundial, el capitalismo democrático estadounidense ha remodelado gran parte del mundo; en efecto, creó un nuevo mundo de relaciones políticas y económicas”.
En el mundo las economías de mercado, continuó Mons. Chaput, han beneficiado a millones de personas, con más oportunidades, estándares y esperanza de vida. También han remodelado otros ámbitos como las relaciones familiares, políticas y educativas, y han cambiado las filosofías y los comportamientos en todo el mundo.
Sin embargo, Mons. Chaput indicó que así como trae beneficios, el capitalismo también tiene efectos secundarios, pues “una economía de consumo tiende a mercantilizar todo y reestructurar todas las relaciones como transacciones”.
"En la práctica, esto despersonaliza una cultura al comercializar muchas de nuestras interacciones humanas. También genera muy fácilmente un ateísmo práctico al hacer girar nuestras vidas en torno al deseo y consumo de nuevas cosas”, continuó.
Asimismo, señaló que en el caso de las clases bajas, se les prometió el atractivo de la "libertad sexual"; sin embargo, han cargado con las consecuencias debido a la falta de riqueza, con matrimonios destruidos, hijos huérfanos, hombres amargados; ocasionando como resultado más pobreza y crimen, sin olvidar problemas crónicos como las drogas, escuelas inadecuadas y hambre en el centro de la ciudad.
El Arzobispo de Filadelfia también advirtió el aumento del secularismo en los últimos años, con un aumento de quienes se identifican como ateos, agnósticos o sin afiliación religiosa, que pasaron del 16% al 23% de 2007 a 2014. Este cambio, dijo Chaput, "tiene implicaciones legales”, particularmente en los ataques contra la libertad religiosa y los derechos humanos.
"Los derechos humanos, sin una base en Dios o en un orden moral superior, son realmente solo una cuestión de consenso público", advirtió.
Ante este panorama, señaló que mientras muchos líderes y políticos proponen cambios basados en ingresos u otros planes, el antídoto contra estas plagas es la renovación de la fe en Dios. "El punto es que la autoridad de Dios garantiza la libertad humana", afirmó.
"Cuando Dios deja el escenario, el Estado inevitablemente se expande para ocupar su lugar. Sin el Dios bíblico, terminamos en alguna forma de idolatría. Y esto usualmente involucra a la política ", continuó.
Las personas, aseguró, todavía tienen el deseo de belleza, de relación y una nueva vida, todo lo cual se puede encontrar en el tesoro de la Iglesia Católica y su proclamación de la verdad.
En ese sentido, alentó a los católicos a proteger su identidad cristiana y a actuar como fieles testigos de la verdad. “Este no es un momento para que los católicos sean débiles o se disculpen”, afirmó, e indicó que la proclamación de la verdad debería ser con amor, paciencia y misericordia.
En última instancia, dijo Mons. Chaput, el futuro de la nación dependerá del poder del "testimonio personal", a través de la búsqueda individual de la santidad.
Traducido y adaptado por Eduardo Berdejo. Publicado originalmente en CNA.
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