Desde hace una semana hay una orden religiosa más trabajando en Cuba. Se trata de los Agustinos Recoletos, que llegaron al país caribeño el 17 de febrero. De esta forma, Cuba tiene una orden religiosa más y los Agustinos Recoletos añaden un nuevo país –ahora ya son 20– a la lista de los lugares en los que están trabajando.
La primera comunidad está formada por cuatro misioneros que provienen de diferentes nacionalidades y provincias de la Orden. En agosto, desde los Agustinos Recoletos se pidieron voluntarios para formar la primera comunidad en Cuba y se presentaron una veintena de religiosos. Jairo Gordillo, Joel Naranja, Ismael Xuruc y Noé Servín fueron los elegidos.
La misión de los religiosos dependerá directamente del prior general de la orden, Miguel Miró, que antes de que recalaran en el país les pidió «que realizaran un proyecto de vida y misión en el que estén presentes la oración y la vida comunitaria y que esté en consonancia con el programa pastoral de la diócesis de Holguín».
Trabajo en la zona rural
Los misioneros llegaron el sábado 17 de febrero al aeropuerto de Holguín. Allí fueron recibidos por monseñor Emilio Aranguren, obispo de la diócesis en la que trabajaran los agustinos recoletos y presidente de la Conferencia Episcopal de Cuba. Los misioneros y el prelado comieron juntos y recibieron sus primeras instrucciones por parte del prelado. Posteriormente se trasladaron a Antilla, donde residirán y desde donde atenderán pastoralmente la diócesis de Holguín.
«La misión de los Agustinos Recoletos en Cuba consistirá en la labor pastoral en una extensa zona rural –Antilla, Tacajó y Báguanos– a la que pocas veces podía acudir el sacerdote. La evangelización y la vida comunitaria son los principales objetivos de los frailes agustinos recoletos. En el país más de la mitad de los habitantes están bautizados, pero apenas el tres por ciento son practicantes», apuntan desde la institución religiosa.
Jairo Gordillo, Joel Naranja, Ismael Xuruc y Noé Servín, que este sábado recibieron sus ministerios de manos del arzobispo de Holguín, ya han tenido la oportunidad de reunirse con el clero y los religiosos de la diócesis. También han podido celebrar la Eucaristía en las parroquias de las que se han hecho cargo.
También las Misioneras Eucarísticas Reparadoras
La llegada de los Agustinos Recoletos se ha producido poco después de que la isla estrenara su primera capilla dedicada a san Manuel González, el obispo español de los sagrarios abandonados. El oratorio se encuentra en la casa de las Misioneras Eucarísticas Reparadoras, fundadas por el santo español en 1921 y que llegaron a Cuba hace dos años en febrero de 2016.
Libertad de culto, pero ni un paso más allá
La llegada de nuevas comunidades religiosas, que a pesar de las restricciones legales poco a poco logran poner en marcha sus templos, forma parte de la ambivalencia del régimen cubano respecto a la Iglesia. Por un lado, existe libertad de culto y en los últimos años las autoridades han tenido un discurso más aperturista en este sentido. Sin embargo, al mismo tiempo, en las últimas semanas ha llegado al Vaticano la preocupación de un sacerdote católico, el padre Castor José Álvarez, y un pastor evangélico, Mario Féliz Lleonart. Ambos denuncian la falta de democracia, y la represión en cuanto los clérigos y fieles se pronuncian sobre la realidad del país
J. C. de A.
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