El Prefecto Emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Cardenal alemán Gerhard Müller, explicó que un “cambio de paradigma” en la doctrina católica no es desarrollo sino corrupción.
Así lo indicó el Cardenal en un ensayo publicado el 20 de febrero en la revista estadounidense First Things, con el título “Development or corruption?” (Desarrollo o corrupción).
En el texto el Cardenal explicó que el intento de algunos de modificar la doctrina católica para promover su agenda es contrario a los mandamientos, y denunció que quien alienta un cambio de la enseñanza de la Iglesia en la teología moral, como si fuera una “decisión de conciencia digna de alabanza”, en realidad “habla contra la fe católica”.
En su opinión, un “cambio de paradigma” en la doctrina, es decir “un cambio fundamental en las formas teóricas del pensamiento y la conducta social” respecto a la “presencia de la Iglesia en el mundo”, simplemente no es posible porque “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre”, como afirma el libro de los Hebreos en la Biblia.
Esto último, precisó, “es nuestro paradigma, que no se cambiará por ningún otro”.
Por ello, “un cambio de paradigma, por medio del cual la Iglesia tome los criterios de la sociedad moderna para ser asimilados, no constituye un desarrollo sino que es corrupción”.
El Cardenal alemán explicó también que el Papa y los obispos tienen el deber de preservar la unidad de la fe y evitar la polarización. Por ello, es también un deber de conciencia corregir cuando las palabras “cambio pastoral” son usadas por algunos para “promover su agenda que se aleja de la enseñanza de la Iglesia, como si la doctrina fuera un obstáculo para la atención pastoral”.
En su ensayo, el Purpurado se refirió al concepto del “desarrollo de la doctrina” en la Iglesia, según lo explicaba el Beato John Henry Newman, y su relación con el debate sobre la interpretación de la exhortación apostólica Amoris Laetitia que el Papa Francisco publicó en 2016.
El Cardenal recordó que el capítulo ocho de la exhortación “ha sido objeto de interpretaciones contradictorias”, y alertó que cuando se habla en este contexto de un “cambio de paradigma”, en realidad parece que se propone “una recaída en una forma modernista y subjetivista de interpretar la fe católica”.
En la fe católica, continuó el Prefecto Emérito, “el método adecuado para interpretar la revelación requiere el trabajo conjunto de tres principios que son: la Sagrada Escritura, la Tradición Apostólica y la Sucesión Apostólica de los obispos católicos”.
La Reforma protestante, continuó, es un ejemplo en la historia sobre cómo funcionan las cosas cuando se introduce un nuevo principio formal, en este caso el de considerar solo las Escrituras.
“Este nuevo principio hizo que la doctrina católica de la fe, como se desarrolló hasta el siglo XVI, cambiara radicalmente”. Así, precisó, “la comprensión fundamental del cristianismo se convirtió en algo completamente diferente”.
El Cardenal Müller también se refirió a la recepción de la Eucaristía por parte de los divorciados en nueva unión y dijo que no se puede olvidar la enseñanza de San Juan Pablo II, que en su exhortación apostólica Familiaris Consortio de 1981 señaló que “los divorciados que viven en nueva unión deben decidir si viven en continencia o, de otro modo, abstenerse de recibir los sacramentos”.
El Prefecto Emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe también dijo que “cuando los cardenales, los obispos, los sacerdotes y los laicos le piden al Papa una clarificación sobre el tema, lo que en realidad piden no es una aclaración de la opinión del Papa, sino claridad sobre la continuidad de la enseñanza del Papa en la Amoris Laetitia con el resto de la tradición”.
Hablando sobre las distintas declaraciones y opiniones de los obispos y las conferencias episcopales, el Cardenal alemán indicó que para que los prelados sean ortodoxos, “no es suficiente con que declaren su conformidad con las que se presumen son las intenciones del Papa” en la Amoris Laetitia.
“Solo serán ortodoxos si están de acuerdo con las palabras de Cristo preservadas en el depósito de la fe”, subrayó el Cardenal Müller.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
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