J.L
Una pastoral no sacramental que ha revitalizado la fe dentro de la parroquia aunque va destinado a las ‘periferias’. La pastoral de la barbacoa, como así es conocida, ha supuesto una revolución en una parroquia australiana gracias al empeño de un seminarista, que se preguntaba qué podía hacer para ayudar a personas sin hogar. Lo que no podía imaginar era el efecto que iba a tener dentro de la parroquia.
Esta pastoral o iniciativa surgió de Josh Whitehead, un seminarista de la parroquia, a raíz de un triste suceso que rodeó a esta comunidad. En los terrenos de la parroquia se encontraron muerto a un joven sin hogar de apenas 31 años. Su cuerpo fue hallado además por otra persona pobre.
Cómo sacar el bien de algo malo
Este hecho hizo reflexionar mucho a este joven católico de la parroquia de Stella Maris de Maroochydore, en Queesland, este de Australia. “Permitir que alguien muera en las calles, frío, mojado…al principio me culpé a mí mismo, pero me di cuenta de que es nuestra sociedad la culpable”.
Josh, con una de las personas sin recursos que acude cada viernes a la parroquia
“Sabía que no podíamos dejar que la tragedia pasara sin algo bueno que viniera de ella”,asegura este seminarista a Catholic Leader.
Este fue el motivo que le impulsó a plantear una pastoral que pudiera servir a los desamparados y pobres de toda aquella zona. Ese era el planteamiento original y unidireccional.
"¿Qué podemos hacer como parroquia?"
“Tenemos personas sin hogar y vulnerables a la vuelta de la esquina de nuestras comunidades parroquiales que necesitan nuestra ayuda. ¿Qué podemos hacer como parroquia?”, escribía en el boletín de la parroquia.
Así fue como planteó la pastoral de la barbacoa. La respuesta fue abrumadora y los voluntarios pronto llenaron todas las listas.
Ahora los viernes por la noche en los terrenos de la parroquia huele a hamburguesas, aros de cebolla y más tipos de comida. A mandos de la barbacoa están los voluntarios de la parroquia. Y el seminarista Whitehead canta con la guitarra para dar la bienvenida a los invitados.
Decenas de personas sin hogar o en dificultad acuden cada viernes
La comunidad parroquial por completo se ha enriquecido con esta pastoral. Decenas de personas sin hogar o con pocos recursos acuden todos los viernes. Hay personas solitarias, mujeres, y hasta familias con niños…
La comida se ha convertido en lo menos importante pues la compañía se ha convertido en lo fundamental. Se han creado lazos de unión, la comunidad ha crecido y el conocimiento de ambas realidades ha crecido.
“Desde el principio se trata de de apoyar a nuestros amigos a que vengan con nosotros. Les da dignidad, les da un sentido de pertenencia”, agrega.
Josh Whitehead se prepara para afrontar su último año en el Seminario antes de ser ordenado
Pero los frutos han sido casi mayores en el seno de la parroquia. La pastoral de la barbacoa ha estimulado la fe de muchos parroquianos y les ha hecho involucrarse más. Incluso a los estudiantes del colegio católico que acuden los viernes por la noche. Al principio estaban muy nerviosos con esta iniciativa pero ahora están encantados de poder hacer sentir cómodos y dar la bienvenida a estas personas sin hogar.
"No estamos hechos para vivir aislados"
“Muchos de ellos nunca habían tenido contacto con personas vulnerables de las periferias”, recuerda este seminarista, que explica que “nuestros amigos que vienen aquí tienen a alguien que les conozca y recuerde su nombre, y sólo eso ya les hace sentirse bienvenidos”.
“Se trata de restaurar el respeto, la dignidad y las relaciones, pues son fundamentales. No estamos hechos para vivir aislados”, afirma.
Este joven dejará los próximos días esta parroquia para afrontar su último año en el Seminario antes de ser ordenado sacerdote. Deja esta pastoral que ha hecho mucho bien a la zona al llegar a las periferias pero que ha dado un nuevo impulso a los propios parroquianos, aunque éstos seguirán su camino.
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