Audiencia con los miembros de la Asociación Teológica Italiana
(ZENIT – 29 Dic. 2017).- “Se necesita una teología que ayude a todos los cristianos a anunciar y mostrar, sobre todo, el rostro salvífico de Dios, el Dios misericordioso”, ha dicho el Papa Francisco.
El Pontífice ha recibido esta mañana, 29 de diciembre de 2017, en audiencia a los miembros de la Asociación Teológica Italiana, con ocasión del 50º aniversario de su fundación, en la sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano.
“En estos días estamos inmersos en la contemplación de nuestro Dios, que se ha implicado y comprometido con nuestra pobre humanidad hasta llegar a enviar a su Hijo y a tomar, en Él nuestra frágil carne”.
“Todo pensamiento teológico cristiano no puede no comenzar siempre e incesantemente desde aquí, en una reflexión que nunca extinguirá el manantial vivo del Amor divino, que se ha dejado tocar, mirar y saborear en la gruta de Belén”, con estas palabras comenzaba su discurso el Papa.
Francisco ha alentado a los teólogos italianos a perseverar ‘en el espíritu de servicio y de comunión indicado por el Concilio Ecuménico Vaticano II’; impulsando la ‘fidelidad creativa’ y el ‘hacer teología juntos’, poniendo en guardia contra el individualismo, señala Radio Vaticano en español.
En este sentido, el Santo Padre les ha pedido que asuman también la tarea de repensar la Iglesia “para que sea conforme al Evangelio que debe anunciar”.
Teología para la humanidad
Asimismo, el Papa argentino hizo hincapié en la importancia de la tarea de los teólogos, para que la Iglesia pueda seguir anunciando el corazón del Evangelio a las mujeres y a los hombres de hoy, en una cultura profundamente cambiada:
“Se necesita una teología que ayude a todos los cristianos a anunciar y mostrar, sobre todo, el rostro salvífico de Dios, el Dios misericordioso, en especial ante algunos desafíos inéditos que involucran hoy a la humanidad: como el de la crisis ecológica, el desarrollo de las neurociencias o de las técnicas que pueden modificar al hombre; como el desafío de las cada vez más grandes desigualdades sociales o de las migraciones de pueblos enteros; como el del relativismo teórico, pero también el del relativismo práctico”.
El Papa reiteró su aliento a no perder nunca la capacidad del ‘estupor’: «El estupor que nos lleva a Cristo, el encuentro con Cristo». Y sin olvidar que “el teólogo estudia, piensa, reflexiona, pero lo hace de rodillas”, recordó asimismo que es importante “hacer teología ‘en’ la Iglesia, es decir ‘en’ el santo pueblo fiel de Dios, que tiene – dijo- con una palabra que no es teológica el ‘olfato de la fe’”.
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