Uno de cada cuatro niños viven en países afectados por crisis humanitarias. Con el 2017 a punto de terminar, la ONG Save the Children recuerda cinco de los grandes retos a los que se enfrenta la infancia este año que pronto comienza
1. La crisis rohingya
La de los rohingya es la crisis que ha generado mayor número de refugiados en menor tiempo desde el genocidio ruandés en 1994. Tras el repunte de la violencia contra esta minoría musulmana en Myanmar, 680.000 refugiados han llegado a Bangladés intentando salvar su vida. 385.000 son niños que se suman a los 250.000 que ya habían huido en crisis anteriores.
Según la organización, que trabaja en terreno, los niños «hablan de niños víctimas de graves ataques sexuales, secuestrados, asesinados o mutilados. Un niño de 12 años cuenta que los militares prendieron fuego a su casa. “Comenzaron a matar gente con machetes y huimos para evitar que nos mataran también. Por el camino nos acercamos a un pozo para beber agua y vi unos 50 cuerpos flotando. Jamás podré olvidar todo lo que he visto”».
2. Siete años de guerra en Siria
Más de cinco millones de niños necesitan ayuda en Siria. Hay cerca de dos millones que no pueden ir a la escuela. Save the Children señala que «la incertidumbre de vivir cada día sin saber si será el último se está cobrando un peaje psicológico enorme en los niños, sobre todo para los tres millones que solo conocen la guerra». De los niños que permanecen dentro del país, una cuarta parte corre el riesgo de sufrir trastornos mentales severos.
Niña llorando en el campo de refugiados de Ain Issa, Siria. Foto: REUTERS/Erik De Castro
La situación más dramática la viven los menores que siguen atrapados en las zonas sitiadas, como la de Ghouta oriental, a las afueras de Damasco. La comida y las medicinas se están terminando y las bajas temperaturas del invierno están empeorando aún más la situación. «Cada día hay niños que se desmayan en clase por la desnutrición. Con la bajada de las temperaturas no solo habrá muertes por falta de alimento sino también por frío», cuenta uno de los profesores de la zona.
3. La Europa que da la espalda a los niños
Durante el año pasado más de 100.000 niños llegaron a Europa huyendo de la violencia y la pobreza extrema. Más de un tercio eran menores no acompañados o separados de sus familias.
Un grupo de niños en el interior de una tienda de campaña en el campo de refugiados de Idomeni, Grecia. Foto: AFP / Louisa Gouliamaki
Pero llegar a nuestro continente no es garantía de una vida mejor. Desde que el año pasado la Unión Europea cerrara sus fronteras a través del acuerdo sellado con Turquía, unos 60.000 refugiados han quedado atrapados en Grecia. De ellos 20.000 son niños y al menos 2.400 están solos. Save the Children constata que ha presenciado «intentos de suicidio y autolesiones de niños de tan solo 9 años en los centros griegos. En Suecia, el pasado mes de febrero siete niños refugiados intentaron suicidarse y tres de ellos lo consiguieron».
Los niños que cruzan las fronteras en los Balcanes Occidentales son frecuentemente víctimas de devoluciones en caliente por parte del personal de fronteras, lo que les obliga a buscar formas clandestinas de cruzar, mucho más peligrosas, y les deja en manos de las mafias.
4. La crisis alimentaria en Cuerno de África
El pasado mes de febrero, Naciones Unidas lanzó la voz de alarma en la zona del Cuerno de África, donde la sequía y los conflictos provocaron una crisis que llevó a una situación límite de falta de agua y alimentos a 20 millones de personas en toda la región, muchos de ellos niños.
Madre con sus hijos llevando cesta de semillas en un campamento para desplazados interno en la aldea de Barmayen, Sudán del Sur. Foto: AFP / Albert González Farran
Uno de los estados más afectados, Sudán del Sur, sigue viviendo una situación extrema casi un año después de que se declarara la hambruna en el país. La guerra civil que estalló a finales de 2013 ha provocado que dos millones de personas abandonen el país, de las que más de la mitad son niños. Los niños que no han podido huir se enfrentan además al riesgo de sufrir graves ataques, ser reclutados por grupos militares o ser explotados sexual y laboralmente.
5. El conflicto en Yemen
Seis de cada diez niños mueren en Yemen antes de cumplir los 5 años a consecuencia de la violencia, el hambre o enfermedades prevenibles como el cólera.
Dos hermanos junto a un refugio improvisado en la calle de Hodeidah, Yemen. Foto: AFP Photo / Abdo Hyder
Desde el 26 de marzo de 2015, la situación en Yemen, ha empeorado hasta convertirse en una pesadilla donde los niños no tienen absolutamente nada que comer y sus casas y colegios son bombardeados.
Más de 1.000 días después de que la coalición liderada por los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí comenzara a bombardear y combatir en Yemen, «la comunidad internacional sigue mirando para otro lado. El acceso de la ayuda humanitaria ha sido severamente restringido y el número de niños muertos este año puede llegar a los 50.000», denuncia la ONG.
Alfa y Omega
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