martes, 26 de diciembre de 2017

INÉS, ¿IRÁ O NO IRÁ?; POR ENRIQUE GARCÍA-MÁIQUEZ



Inés Arrimadas tiene que sopesar muy bien si presenta su candidatura a la presidencia de la Generalitat o no. Me encantaría estar en el gabinete de sus asesores, no porque yo tenga una solución clara, sino porque me apasionan los problemas complejos.

Tiene razón Arcadi Espada al exigir que se presente porque aumentaría la visibilidad de su victoria. Por las circunstancias y las consecuencias, hace mucha falta recordar quién ganó. La responsabilidad del partido que gana es aspirar a la presidencia y su derecho es hacerlo antes. Además, frente al ambiente nacionalista, tan propenso a ignorar los derechos del contrario, reclamar los propios se convierte en un deber. Se puede renunciar a un derecho cuando los demás te lo reconocen, porque entonces apenas se renuncia al ejercicio. De no ser así, uno asume la injusticia y colabora. 

El problema parece ser la derrota anunciada de Arrimadas en el nuevo parlament. Yo creo que el fracaso está infravalorado, porque esa derrota serviría como la más eficaz denuncia del sistema (el partido más votado no llega al poder) y la más gráfica denuncia de la ideología (el nacionalismo aparecería como un movimiento negativo capaz de obviar toda diferencia ideológica entre derecha, izquierda y anarquismo).

Esto, sin embargo, será, seguramente, lo que, en realidad, retraiga al equipo de Ciudadanos. Entregaría en bandeja a los nacionalistas el único motivo que tienen para unirse. Maquiavelo optaría por dejarles que se pusieran ellos de acuerdo en aspectos positivos de su gobierno y en el reparto de poder, que les va a costar un riñón. No es mala estrategia, desde luego.

Pero exactamente al revés: el motivo definitivo para tomar la opción de presentarse radica, para mí, en que Inés Arrimadas, al hacerlo, haría una prueba de estrés al bloque constitucionalista. ¿Le votaría Iceta, o se marcaría un baile para salirse por la tangente? El PP, ¿sería capaz de votar a la líder que los ha desbaratado? Las próximas elecciones son municipales y europeas y, en clave nacional, las ventajas de una Inés Arrimadas o liderando a todo el constitucionalismo o abandonada por los otros partidos, tendría, ¡en ambos casos¡, gran valor electoral para Ciudadanos. 

Yo, condicionado por el interés nacional, votaría a favor de la presentación de la candidatura, pero oiría con avidez y dudas, los argumentos en contra. Y usted, lector, ¿qué aconsejaría a Inés Arrimadas?

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