«También en las comunidades cristianas existen estos trepadores, que buscan lo suyo...» y «son ladrones y asaltantes». Esta denuncia del carrierismo dentro de la Iglesia es una de las últimas perlas que ha dejado el Papa, en las homilías que cada mañana celebra en la capilla de la Residencia de Santa Marta
Noticia digital (23-IV-2013)
El lunes, fueron testigos de las palabras del Papa algunos empleados de la Sala de Prensa Vaticana, con su director, el padre Federico Lombardi, así como un grupo de técnicos de Radio Vaticano.
Comentando el evangelio del día, el Papa Francisco dijo que «quien no entra en el corral de las ovejas por la puerta, sino por otra parte, es un ladrón o un asaltante». Es «uno que quiere aprovecharse», uno que «quiere treparse»
Y añadió: «También en las comunidades cristianas existen estos trepadores, ¿no?, que buscan lo suyo... y consciente o inconscientemente aparentan entrar pero son ladrones y asaltantes. ¿Por qué? Porque roban la gloria a Jesús, quieren la propia gloria y esto es lo que decía a los fariseos:Ustedes se glorifican unos a otros... Una religión un poco como negocio, ¿no? Yo te glorifico y tú me glorificas. Pero estos no han entrado por la puerta verdadera. La puerta es Jesús y quien no entra por esta puerta se equivoca. Y ¿cómo sé que la puerta verdadera es Jesús? ¿Cómo sé que esa puerta es aquella de Jesús? Pero, toma las Bienaventuranzas y haz aquello que dicen. Sé humilde, sé pobre, sé manso, sé justo...»
«Jesús -prosiguió el Papa- no sólo es la puerta: es el camino, es la vía. Existen tantos senderos, quizás más convenientes para llegar», pero son «engañosos, no son verdaderos: son falsos. El camino es solo Jesús».
«Pero alguno de ustedes dirá: Padre, ¡usted es un fundamentalista! No, simplemente Jesús ha dicho esto: Yo soy la puerta, Yo soy el camino para darnos la vida. Simplemente. Es una puerta bella, una puerta de amor, es una puerta que no nos engaña, no es falsa. Siempre dice la verdad. Pero con ternura, con amor. Pero nosotros siempre hemos hecho aquello que ha sido el origen del pecado original, ¿no? Tenemos ganas de tener la llave de interpretación de todo, la llave y el poder de tomar nuestro rumbo, cualquiera que sea, de encontrar nuestra puerta, cualquiera esa sea».
«A veces -afirmó el Papa- tenemos la tentación de ser demasiado dueños de nosotros mismos y no humildes hijos y siervos del Señor. Y ésta es la tentación de buscar otras puertas u otras ventanas para entrar en el Reino de Dios. Solo se entra a través de aquella puerta que se llama Jesús. Sólo se entra a través de aquella puerta que nos conduce por un camino que es un camino que se llama Jesús y nos conduce a la vida que se llama Jesús. Todos aquellos que hacen otra cosa -dice el Señor-, que trepan para entrar por la ventana, son ladrones y asaltantes. El Señor es simple. No habla un lenguaje difícil: Él es simple».
Por último el Papa invitó a pedir «la gracia de tocar siempre aquella puerta». «A veces está cerrada: estamos tristes, estamos desconsolados, tenemos problemas en tocar, tocar aquella puerta. No vayan a buscar otras puertas que parecen más fáciles, más cómodas, más accesibles. Siempre aquella: Jesús. Y Jesús no desilusiona jamás, Jesús no engaña, Jesús no es un ladrón, no es un asaltante. Ha dado su vida por mí: cada uno de nosotros debe decir esto: Y tú que has dado la vida por mí, por favor, abre, para que pueda entrar».
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