Cuando el 'matrimonio' gay -su aprobación definitiva está prevista para mañana- ha fracturado en profundidad a la sociedad francesa, François Hollande no baja la guardia en lo tocante a la ingeniería social. Ayer, su ministro de Educación, Vincent Peillon, presentó las grandes líneas de la asignatura de Moral Laica. Ésta tendrá carácter obligatorio y Peillon quiere que empiece a impartirse a partir de 2015.
Peillon pretende que que la asignatura se imparta una hora por semana en la enseñanza primaria y 18 horas anuales en la secundaria. Además, ha precisado que no se trata de una disciplina.
Sin embargo, Moral Laica tiene todos los visos del adoctrinamiento pese a que Peillon ha insistido en que es exactamente "lo contrario de la razón de Estado". Esas son sus únicas garantías a sus críticoss.
Pero cuando encargó el informe a un trío de expertos, el ministroescribió que “enseñar y hacer compartir los valores de la República es una de las misiones que incumbe a las escuelas”.Reconoce que la actual enseñanza cívica que se imparte en las aulas participan de esa misión pero “adolece de continuidad y de legibilidad en lo tocante a sus finalidades”. Prosigue Peillon: “Como no se puede enseñar de la misma forma la moral laica en primaria que en bachillerato, tenemos que pensar en un sistema progresivo”.
Es este punto el que más temores suscita a los que temen un adoctrinamiento que dure toda la escolaridad porque, según el enfoque del Gobierno socialista, la laicidad “introduce una jerarquía de valores que conlleva situar el bien común, la igualdad de derechos y el respeto a la persona por encima de las costumbres y de las tradiciones sean éstas de la naturaleza que sean”. Se trata, en suma, de “no herir ninguna conciencia al mismo tiempo que se transmiten valores comunes a todos los niños”.
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