Todos tenemos las mismas veinticuatro horas en un día, pero algunas personas parecen realizar muchas más cosas en su porción de tiempo asignada. Si ves que tu tiempo se disuelve como el azúcar en café caliente, considera la posibilidad de llevar un registro de actividades durante uno o dos días. Antes de que argumentes que no tienes tiempo para mantener un registro de tus actividades, recuerda que no tiene por qué ser formal o extenso. Cada dos horas, anota lo que has estado haciendo. Sin embargo, no te censures. De lo que se trata es de descubrir como empleas tu tiempo, no cómo piensas que deberías emplear tu tiempo.
Por la noche, echa un vistazo al día entero. ¿Estás más preocupado por lo urgente o importante? ¿Controlas tu tiempo, o es tu tiempo quien te controla a ti? ¿Qué puedes eliminar para tener más tiempo con que hacer las cosas que realmente deseas hacer? Recuerda que todo crecimiento se inicia reconociendo la necesidad de cambiar.
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