El Gobierno chileno va a actualizar sus leyes migratorias para simplificar y agilizar los trámites, mientras el país, con una economía en expansión y bajas tasas de paro, necesita mano de obra en sectores como la minería, la sanidad, la construcción o la agricultura.
"En política migratoria los esfuerzos del Gobierno están centrados en formular una nueva legislación que se ajuste a la realidad actual de Chile y del resto del mundo, dado que el cuerpo legal vigente data de 1975", ha explicado el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla.
De forma paralela el Ministerio del Interior está impulsando un proceso de modernización del Departamento de Extranjería e Inmigración, que busca mejorar la coordinación entre organismos estatales implicados y simplificar y agilizar los trámites. En 2011, ese departamento entregó 41.344 visados de trabajo, muy por encima de los 32.403 otorgados en 2010.
Aun así, esas cifras reflejan solo parte del fenómeno migratorio, pues los extranjeros que llegan a Chile pueden solicitar también visas temporales que, al cabo de un año, dan derecho a solicitar la permanencia definitiva.
Chile, con una economía que creció un 6 % en 2011 y una tasa de paro en el 6,6 %, se ha situado para empresas y trabajadores como una alternativa a la crisis en Europa y a las turbulencias en otros países de la región.
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