Este domingo el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, volvió a ser víctima del acoso de un grupo de feministas que le increpó a la entrada del santuario de Arrate, donde el prelado acudía a celebrar la misa con las religiosas carmelitas samaritanas que se han instalado en un edificio propiedad del obispado y que a partir de ahora será su convento.
Munilla sufrió el ‘escrache’ del grupo feminista radical Nalua, que con pancartas y al grito de 'Gora Borroka feminista' (Viva la lucha feminista), ataviadas con caretas y con el torso desnudo esperaban la entrada del obispo, que fue ayudado por las propias religiosas carmelitas.
La ejemplar reacción de Munilla
El obispo de San Sebastián no entró al trapo de las provocaciones y el acoso de estas feministas, y su única reacción se produjo en el interior del santuario. En cuanto consiguió entrar al templo se dirigió directamente al lugar en el que se encontraba el Santísimo. Allí se arrodilló y rezó en silencio durante unos segundos. Devolvió bien por mal.
Ante la ejemplar reacción de Munilla los fieles presentes en el interior del santuario de Arrate rompieron en un fuerte aplauso a su obispo.
Segundo acoso en pocos meses
No es la primera vez que el obispo de San Sebastián es blanco de estos grupos feministas. Sin ir más lejos, el pasado 8 de marzo en la catedral del Buen Pastor de San Sebastián un grupo de radicales se desnudó frente a la catedral después de que el obispo explicase qué hay detrás de este feminismo radical cargado de ideología.
Aquella polémica surgió por la manipulación que un medio laicista hizo de unas declaraciones suyas de cara al Día de la mujer, tras asegurar que Munilla había dicho que las feministas llevaban el demonio dentro, interpretación bastante alejada de lo dicho realmente por el obispo.
El prelado denunció entonces "la dificultad de expresarse" ante un panorama de "pensamiento único políticamente correcto formulado por la ideología de género", que rechaza a quienes se salgan de ese marco. Munilla reiteró su defensa de un "feminismo de equidad, que no es el de la ideología de género" ni tiene por qué asumir "ni el aborto libre ni que antropológicamente el hombre y la mujer nacen sexualmente neutros y es la cultura la que nos hace hombres y mujeres". El feminismo de equidad "entiende que la mujer debe tener los mismos derechos que el hombre en su dignidad laboral" y que "la maternidad debe tener reconocimiento y tutela".
"La maternidad es una de las fuentes de dignificación principales de la identidad de la mujer", afirmó, "y es la fuente del futuro de la sociedad, tenemos que tutelarla".
Munilla, como había hecho el día anterior, reprobó la "violencia machista", que nace de "un animalismo en el hombre, de una no superación de la condición animal".
Pero también denunció un "holocausto femenino del cual nadie habla": "En el mundo faltan 120 millones de mujeres" por la descompensación introducida por el aborto selectivo, "sirviéndose de la reivindicación del feminismo radical del aborto libre como bandera de la libertad de la mujer". Pero ello "ha resultado ser en detrimento de la propia dignidad de la mujer, ése es el gol que yo dije ayer que el demonio había metido al feminismo radical, un gol en detrimento de la dignidad de la propia mujer". Una "agresión" contra ella, insistió, invitando a reflexionar sobre lo que significan 120 millones de mujeres que no están y serían necesarias para hacer "un mundo justo".
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