viernes, 1 de junio de 2018

KEYLOR NAVAS: "DIOS ESTÁ EN EL CONTROL DE MI VIDA"




Este viernes se estrena en España Hombre de fe, película que relata la historia de un humilde –y bajito– niño costarricense que llegó a convertirse con mucho trabajo y fe en el portero titular del Real Madrid
Keylor Navas (San Isidro de El General, Costa Rica, 1986) acaba de ganar su tercera Champions con el Real Madrid. Nada más acabar el partido, un periodista entrevistó al portero sobre el terreno de juego. El arquero costarricense solo tardó cuatro palabras en dar gracias a Dios por el éxito conseguido. Al día siguiente, Navas, junto al resto de la plantilla blanca, acudía a la catedral de la Almudena a ofrecerle el trofeo a la Virgen, momento en el que varias personas se acercaron a él para agradecerle sus continuos testimonios de fe. También Alfa y Omega pudo conversar brevemente con el jugador.
El portero del Madrid ha llegado a la cima del fútbol mundial desde unos orígenes tan humildes que su historia se ha convertido en una película épica –bajo el título Hombre de fe– que este viernes 1 de junio se estrena en los cines españoles.
La película nació del deseo del propio jugador. «Se habían publicado varios reportajes en los que se sostenía la tesis de que su camino hasta llegar al Real Madrid había sido fruto de la casualidad. Él quiso narrar su propia historia para contar que su éxito profesional no era producto de la suerte», explica la directora de la película, Dinga Haines, a Alfa y Omega.
Al comienzo del filme el propio Keylor Navas confiesa una de las claves de su ascenso al éxito: «Cuando un sueño es acompañado por fe, la distancia solo es parte del camino. Cuanto más lejano está la meta, más fácil es perderse. Para mí fue clave saber que Dios está en el control, porque claro, ¿qué posibilidad hay de que un niño de Pérez Zeledón [cantón de San José donde nació el jugador] esté sentado aquí [en el Real Madrid]?».
Muchos dan por supuesto que Keylor Navas es cristiano evangélico. Él, sin embargo, no se pronuncia sobre esta cuestión. «Yo creo que es más bien católico… Honestamente, yo no me centré tanto en si era evangélico o católico», dice Haines.
Dios y las limitaciones
Navas «era un niño con claras limitaciones para dedicarse al deporte», tanto físicas como económicas y sociales, asegura Haines. Sin embargo, aprendió desde pequeño a contrarrestar las condiciones adversas. «Me enseñaron unas fotos antiguas de su casa y me llamó la atención que había una pared hecha con latas de bebida. Era un material que no tenía ningún valor, pero estaba dispuesto de tal forma que aportaba luz y color a la estancia». Para la directora este detalle, que ha expuesto en la película, refleja la manera de afrontar la vida de la familia en la que creció el jugador: «No tenían mucho, pero con lo poco que tenían hacían que su casa fuera no solo habitable, sino bonita y agradable». En cuanto a su escasa estatura [hoy mide 1,85] la suplió trabajando duro por lograr más potencia a la hora de saltar y poder alcanzar los balones altos.
Foto de familia del Real Madrid con la copa de la Champions, en la catedral de la Almudena. Foto: Archimadrid/José Luis Bonaño
Estas cualidades le granjearon una oportunidad en un equipo importante de Costa Rica, el Saprissa, en el que consiguió su primer éxito profesional. Había logrado lo que soñaba desde niño y, sin embargo, se encontraba perdido en lo personal. Buscó respuestas en la noche, se sugiere en el filme. Pero de los locales de ocio nocturno solo consiguió salir con un ojo morado y poner en peligro todo lo que había logrado hasta entonces.
«En esas circunstancias de inseguridad, de duda, de oscuridad, de no sentirse pleno aun cuando estaba jugando donde siempre había querido, es cuando se encuentra con Dios», relata Dinga Haines. «Para él, este es un momento clave en su historia. Descubre que su fortaleza no reside solo en su propio esfuerzo, sino que también procede de su relación con Dios». Así, el jugador comienza a acudir a un grupo de estudio de la Biblia en el que, además de conocer a su futura esposa –con la que termina casándose años después en una iglesia católica–, aprende a poner la fe en el centro de su vida. «La fe se vuelve algo vital para él», subraya la directora. «De alguna manera, la fe se convierte en ese soporte que le permite no solo tomar decisiones que implican riesgo, sino también confiar en su propio instinto», como abandonar Costa Rica y trasladarse a España donde se consagra definitivamente como uno de los mejores porteros del mundo.
Hombre de fe concluye con un cameo de varios compañeros del Real Madrid y del entrenador Zidane, e incluso del presidente Florentino Pérez.
A todos ellos, el obispo auxiliar de Madrid Jesús Vidal les agradecía el domingo «el gesto» de su visita a la Almudena. En el acto litúrgico, Vidal subrayó el «importante ejemplo de vida» que los jugadores pueden dar a los jóvenes y resaltó la importancia del «valor del esfuerzo». Los mismos ingredientes que han coronado a Keylor Navas como uno de los mejores y más queridos porteros del mundo, digno de un filme épico como es Hombre de fe.
José Calderero de Aldecoa @jcalderero

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