Escucha a tus semejantes con amor, con paciencia y con atención. La escucha hace que caigan en el otro los obstáculos que han levantado en su derredor las frustraciones del corazón, las heridas del pasado, ya sea cercano o remoto. La escucha es el comienzo de la curación interior del otro, la apertura del alma hacia la confianza, el principio de recuperación de la libertad perdida.
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