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LOS JUECES PODRÍAN MODIFICAR LA FORMA DE EJECUCIÓN
Irán conserva en su nuevo Código Penal la pena de muerte por adulterio mediante la lapidación, una condena denunciada por los países occidentales, pero el texto especifica que dará libertad al juez para decidir una ejecución distinta. Según el artículo 225 del código penal ya revisado, un juzgado puede modificar la forma de la ejecución de un condenado «si la posibilidad de la lapidación no existe», aunque no añade ninguna otra precisión. Sin embargo, la decisión debe ser aprobada por el jefe del poder judicial.
(AFP/InfoCatólica) La revisión de este artículo, en reforma después de varios años, ha sido criticada por los expertos de derechos humanos de la ONU. El enviado especial a Irán, Ahmed Shaheed, estimó, en octubre 2012, que no impediría que el juez aplique la sentencia. El grupo de expertos afirmó también que el adulterio no era un crimen.
A finales de abril, un responsable de la Comisión parlamentaria de justicia, Reza Tabatabi, afirmó en la Web del Parlamento que «debido a varias críticas sobre el acto (la lapidación) se pueden utilizar otras formas de quitar la vida, como la ejecución».
La lapidación, que está impuesta por la 'sharia' (la Ley islámica), «no ha sido suprimida, ya que el término continúa en la Ley, pero la manera de poner en práctica la pena de muerte se deja a elección» del magistrado, ha señalado el portavoz de la Comisión parlamentaria, Mohammad Ali Esfanani, a la agencia 'Mehr'.
Un total de 150 casos dos décadas
El código penal iraní fue modificado después de la Revolución Islámica de 1979 para introducir la lapidación, los latigazos e, incluso, la amputación. Pero el lanzamiento de piedras ha sido poco aplicada en Irán, donde ha sido polémica incluso en el mismo seno del régimen. No hay cifras oficiales, pero el Comité internacional contra la lapidación, con base en Alemania, ha señalado 150 casos entre 1980 y 2010.
El último de ellos se remonta a marzo de 2009, cuando un hombre fue lapidado por adulterio en la ciudad de Rasht (norte). Antes de la ejecución, los cuerpos de los condenados son parcialmente enterrados hasta la cintura, en el caso de los hombres, y hasta los hombros, en el caso de las mujeres.
La sentencia de Sakineh Mohammadi Ashtiani, condenada a muerte en 2006 por ser cómplice de la muerte de su marido y por adulterio, fue denunciada por los países occidentales y las organizaciones en defensa de los derechos humanos.
En 2012, varios dirigentes religiosos afirmaron a la agencia 'Fars' que la pena por lapidación podría ser reemplazada «si el imán estimaba que su aplicación pudiese perjudicar» al islam y sus valores.
El nuevo código penal ha sido aprobado por el Consejo de Guardianes de la Revolución y fue reemitida por el presidente Mahmoud Ahmadinejad a la autoridad judicial el pasado 24 de mayo, según ha informado un periódico oficial.
Mina Ahadi, fundador del Comité internacional contra la lapidación, ha criticado que se trata de una ley «medieval y barbara que deja a los responsables de la justicia hacer lo que quieran». No obstante, ha celebrado que «haya sido enmendada gracias a las presiones internacionales».
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