“El Corazón de Cristo es símbolo de la fe cristiana, un manantial de bondad y de verdad que expresa la buena nueva del amor de una manera sencilla y auténtica y resume en sí el misterio de la Encarnación y de la Redención. Hablar del Corazón de Jesús es hablar del amor de Dios a los hombres, de su humanidad, de quien nos amó infinitamente con corazón de hombre: “te amé con amor eterno”. El honor debido al Corazón del Redentor es una confesión de fe en Dios, que tanto amó al mundo que entregó a su Hijo Único (Jn 3, 16). Desde el horizonte infinito de su amor, Dios ha querido entrar en los límites de la historia y de la condición humana, ha tomado un cuerpo y un corazón, para que podamos contemplar y encontrar el infinito en el finito, el Misterio invisible e inefable en el Corazón humano de Jesús, el Nazareno”.
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