miércoles, 27 de febrero de 2019

¡ADELANTE HERMANO, SIEMPRE ADELANTE!; POR LUIS MIGUEL MARTÍN RUBIO

Diario de Sevilla


Rafa González-Serna en la Plaza de la Alfalfa.

Con este saludo hemos iniciado nuestras conversaciones durante muchos años. ¡Adelante, hermano!, repito ahora con más fuerza que nunca y me pregunto con qué música y letra habrás entrado por la Puerta del Principe del Cielo. Quiero pensar que con el "se te nota en la mirada…" que habrán entonado a coro toda la corte celestial ante la presencia y el bullicio de los seres queridos que un día se fueron. Sí, Rafa, has entrado en el Cielo "enamorado", enamorado de tu Familia, de tus padres de tu mujer, de tus niños, de tu legión de amigos y seguidores, de tus devociones, de tus pasiones… de Sevilla. ¡Se te nota, Rafa, en una mirada que nunca olvidaremos que has vivido enamorado!

Hoy, en una tarde adelantada de primavera, el cielo está teñido de un azul intenso. A media mañana el mensaje que nunca hubiese querido recibir … "Rafa se nos va". De inmediato la reflexión sobre la perplejidad de la muerte, la reacción instintiva del no, del no puede ser, o tal vez la pregunta sin esperanza de respuesta del porqué. Es la inconformidad irreflexiva que se niega a admitir la dura realidad de la pérdida de la vida para quien fallece. Y la privación de parte de la vida para quienes perdemos al ser querido que la muerte nos arrebata.

Irremediablemente, lamentablemente y desgraciadamente lo más natural y obligado en el acontecer de nuestra existencia es su fin. Si ello es así, ¿por qué nos llena de dudas, de confusión, de incertidumbre? Quizás porque esa confusión está en el cuándo y cómo vendrá el ladrón, que no avisa, que te sorprende y te roba el ser querido.

Ya para siempre el recuerdo, las vivencias, la huella que en nuestras vidas dejó la vida que se va. A Rafa González Serna-Bono lo conocí por los pasillos y el patio del Colegio San Francisco de Paula. Él tenía unos años menos que yo, por lo que no compartíamos clase. Pasado el tiempo, la vida volvió a ponernos en el camino. Su cariño desmedido por nuestro equipo del Heliópolis, una de sus grandes pasiones influenció su forma de ser adentrándolo en un misterio de estoicismo, grandeza, de no descomponer la figura aunque -a pesar de su enfermedad- pinten bastos, cimas y simas insondables, de sufrimientos y alegrías. Todo ello le conformó una forma ejemplar de ser para ir avanzando por la vida por su lado más positivo.Rafa compositor, autor, cantautor y músico. Nadie, nadie ha sabido componer y cantarle a Sevilla como él ha sabido hacerlo. Su secreto, su amor desmedido por su ciudad.

Rafa y su familia. Descubrió la mejor compañera que no se ha despegado de su lado ni un solo instante de su larga enfermedad, Magdalena, la acompañante perfecta para pasear por la vida… ¡Magdalena, Adelante! Y gracias por tu ejemplo, por tu entrega sin límites, por las horas, por los inviernos, por los veranos… por tanto amor demostrado. Sus hijos, Magdalena hija, que aprendió de su padre el papel de la interpretación y que ahora no puede disimular el dolor de las agujas que se clavan en el corazón. Y sus "dos soles, dos luceros, dos estrellas, dos gotas de agua, dos latidos nuevos, dos luceros, dos motivos, dos razones para seguir con ilusión, para despertar cada mañana con más fuerza y más ganas, para verlos crecer juntos..." Maru y Rafaelito.

Rafa y sus devociones. Macareno de capa de merino antigua de Sentencia y Esperanza, cuántas Madrugadas, cuántas confidencias, cuántas oraciones… Y su devoción paterna de la Cruz de Jerusalén, alma y guía de su amor al Cristo de las Misericordias... Dios ha querido que desde aquel terrible Viernes de Dolores de hace ahora ocho años, las manillas del reloj de su vida se hayan ido acelerando y en un meteórico espacio de tiempo no dejarse nada en las notas de sus partituras. Medalla de Sevilla, rey mago, pregonero del Maestranza y aún en la retina permitirle la Reina de las Marismas que le rezara con su exaltación y cantara su Himno en el Centenario de su Coronación.

Gracias, hermano; gracias por tu legado, pero sobre todo gracias por tu virtud callada que es la característica que más te valoro, tu espíritu solidario, que te ha llevado a entregarte al que más lo necesita sin medida. Cuántas galas solidarias con sigilo y discreción. Rafa, capaz de hacer reír a a unos niños, más de dos mil inocentes a los que la vida no les sonrió nunca y llevarlos al circo donde por unas horas convertían su adversidad en minutos de felicidad. A entregarse con la asociación de niños Síndrome de Down o a pilotar e implicarte en el arreglo del tejado de una iglesia de barrio.

Hermano, no me despido y como desde hace ya algunos años seguiré iniciando juntos la jornada muy temprano, acudiendo puntualmente para agradecer nuestra existencia y nuestra amistad a la Decana de las Devociones Sevillanas y postrarnos ante la Virgen de la Antigua y pedirle por los nuestros, por pelear por un mundo mejor, por lo que vale la pena luchar cada día, por darle sentido a los avatares diarios de la vida.

Querida Magdalena, queridos hijos de Rafa, orgullosos os podéis sentir de vuestro marido y padre y ahí tenéis las innumerables muestras de dolor y de cariño que estáis recibiendo. Se nos ha ido en el justo momento de la vida en el que la ilusión empezaba, pero cuando la ilusión se apaga hay que seguir adelante. ¡Adelante por Rafa, adelante por los que están por venir, adelante porque el futuro es la promesa de seguir sin que la resignación consuma la ilusión! Rafa vivirá siempre en nustra memoria y en nuestros recuerdos. Sus esfuerzos, sus luchas y sus anhelos continúan y continuarán entre los que le tratamos y conocimos, le quisimos y le seguimos queriendo. ¡Adelante Rafa, adelante hermano!

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