La iniciativa 10 minutos con Jesús surgió de una madre y profesora preocupada por la oración de sus hijos y alumnos durante las vacaciones de verano. Hasta ahora se han sumado más de 11.000 personas
Solo quería que sus hijos y sus alumnos siguieran rezando en verano, pero resulta que su iniciativa ha crecido tanto que actualmente son más de 11.000 personas las que hacen oración a diario gracias a ella. Se llama María Feria, es madre de familia numerosa –11 hijos– y profesora de Secundaria en el colegio Montespiño de la Coruña.
A medida que se acercaba el verano, allá por junio, no paraba de darle vueltas a la cabeza para ver qué podía hacer durante el periodo estival para que tanto su prole como sus alumnos no desconectaran de su vida de fe y de la oración. «Durante el curso están más o menos seguidos, tienen más ayuda, está todo más organizado. No quería que en verano se perdiera todo el trabajo del año», cuenta a Alfa y Omega. «También pensaba en las alumnas que pasaban un curso en el extranjero».
Si quería llegar a sus hijos adolescentes, tenía que hacer algo que atrajera a sus hijos adolescentes. Feria pensó en el móvil. «Lo utilizan constantemente, escuchan música, ven vídeos en YouTube, están todo el día wasapeándose con sus amigos…». Así fue a hablar con el sacerdote del colegio y «le pedí que me grabara un par de meditaciones en audio para mandárselos a mis hijos». Al principio el cura «se mostró reacio, pero insistí porque pensé que les podría venir muy bien a los niños. Terminó aceptando mi propuesta».
Vieron que funcionaba, María Feria invitó al sacerdote a que le grabara un audio para cada día del verano. Ella haría un grupo de difusión en WhatsApp y se lo mandaría a sus hijos y a algunos amigos. Pero el capellán del colegio no tenía tanta disponibilidad y pidió ayuda a otros compañeros de ministerio.
Salto a Madrid y de seguidores
«Yo fui el tercer sacerdote en sumarme a la iniciativa», asegura Javier Sánchez-Cervera de los Santos, párroco en Madrid de Fuente del Fresno, que empezó a compartir los audios con los jóvenes de su parroquia. «Para mi sorpresa, ese primer grupo se llenó con los jóvenes de la parroquia y con sus amigos –cada grupo de WhatsApp puede contener hasta 257 miembros–. Fueron compartiéndolo entre ellos». Antes de acabar el día, se habían llenado ya tres grupos y, al día siguiente, se formaron el número 4, 5, 6, 7… «A día de hoy estamos completando el grupo 43». Eso son más de 11.000 jóvenes.
Una meditación de diez minutos
La dinámica es sencilla y es igual para todos los grupos. Cada mañana, el administrador pone una pequeña introducción para presentar la reflexión y, seguidamente, comparte el audio. El archivo de sonido comienza con una oración introductoria y después vienen diez minutos de oración guiada. «Es una pequeña meditación, al hilo de algún pasaje del Evangelio y, normalmente, con anécdotas y ejemplos», explica Sánchez-Cervera. «Se trata de hablar con Jesús y de animar a los que nos escuchan a hablar con Jesús».
La idea es «huir del lenguaje clerical, técnico o retórico. Así lo hemos puesto en el manual de estilo que nos hemos hecho los curas –actualmente participan ocho sacerdotes de distintos lugares de España en la iniciativa-. Queremos ser muy claros y llanos».
Sínodo de los obispos sobre la juventud
La iniciativa ha echado a andar a las puertas del Sínodo de los obispos sobre la juventud y, según el sacerdote, del proyecto se pueden sacar muchas ideas reveladoras de cara a este acontecimiento eclesial.
Para Javier Sánchez-Cervera, la rápida difusión de 10 minutos con Jesús –así se llama la iniciativa– es muy significativa. «Por un lado, creo que nos indica que la gente, en especial la gente joven, tiene sed de Dios. Están deseando tener espacios y momento y maneras de encontrarse con Dios». Por otro lado, «está claro que no lo encuentran o que no se sienten atraídos por quienes le presentan a Jesús».
Así, «el éxito de la iniciativa es que los chavales se encuentran con un producto asequible, en un lenguaje que ellos entienden, en un medio que manejan y con ejemplos muy de la vida», concluye el párroco de Fuente del Fresno.
José Calderero de Aldecoa @jcalderero
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