En todos los lugares donde encuentres un niño, derrama sobre él todo el cariño, extiéndele tu mano para enseñarle a crecer.
En cada niño, existe un nuevo día que se levanta para la felicidad del mundo.
En la casa, en la escuela o en el colegio, en parques u hospitales, jamás mires a un niño con indiferencia: Facilítale al máximo el camino que debe recorrer y siembra de flores los caminos que pisará.
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