Al menos 85 personas han muerto la anterior semana en las aldeas de Kauwuri y Wala, en el estado de Borno, en el noreste de Nigeria, en dos nuevos ataques perpetrados por el grupo terrorista Boko Haram. Los atacantes prendieron fuego a la aldea de Kauwuri y causaron varias explosiones antes de tirotear a todo el que intentaba huir del lugar. En Wala, fue asaltado el mercado del pueblo.
Estos atentados se produjeron apenas unas horas después de que milicianos de Boko Haram masacraran a unas 45 personas durante la celebración de la misa dominical del pasado 26 de enero en una iglesia católica de Waga Chakawa, en el estado de Adamawa.
Los radicales islámicos emplearon bombas y armas de fuego contra los feligreses que participaban en la celebración eucarística y posteriormente prendieron fuego a varias viviendas y tomaron a los vecinos como rehenes durante un asedio que duró cuatro horas.
El portavoz de la diócesis de Yola, el padre Raymond Danbouye confirmó la acción violenta contra el templo católico, pero se reservó el dar ulteriores detalles.
Por su parte, el cardenal arzobispo de Abuja, John Olorunfemi Onaiyekan aseguró que "el gobierno ha gastado miles de millones para comprar todo tipo de material militar, pero no importa tanto la cantidad de dinero, porque mientras sigamos razonando en términos de poder contra poder, fuego contra fuego, no se podrá resolver el problema de la seguridad".
En rueda de prensa a raíz de los ataques de Boko Haram en el norte de Nigeria, el purpurado pidió tener en cuenta los aspectos sociales, políticos, económicos y, sobre todo, religiosos, que llevan a los jóvenes a unirse a los terroristas. "Necesitamos comprender cómo un joven de 27-28 años de edad, con un grado en química o en otra disciplina termina viviendo en el monte; algo ha pasado en su mente. Para cambiar la mente de este joven hay que acercarse a él, pero no con un arma", señaló.
Para el cardenal Onaiyekan es necesario también no subestimar la dimensión religiosa de la acción de Boko Haram. "Alguien dice que Boko Haram no tiene nada que ver con la religión (...), pero para mí, este fenómeno tiene mucho que ver con la religión. Actúan gritando Allah Akbar ["Dios es grande" en árabe], aunque gritasen 'Jesús es el Señor', se trata de algo con carácter religioso. Perdemos el tiempo si no reconocemos y no abordamos este aspecto religioso", destacó.
En este sentido, el arzobispo de Abuja apeló a los líderes religiosos para que trabajen juntos para resolver el problema. "De una forma u otra, alguien tiene que romper el círculo vicioso y asesorar al gobierno en este momento", concluyó.
En los últimos tres años han muerto unas 3.000 personas en los ataques perpetrados por Boko Haram contra las fuerzas de seguridad en la mitad norte y en la franja central de Nigeria, unas zonas donde los musulmanes son mayoría, frente al sur, predominantemente cristiano y donde se concentra la mayoría de los recursos naturales y la industria nigeriana.
Entre las acciones más sangrientas de Boko Haram, cuyo nombre significa "la educación no islámica es pecado", se encuentran los ataques contra iglesias cristianas durante la Navidad de 2011 y la Semana Santa de 2012, que causaron decenas de muertos.
Nigeria se encuentra amenazada por el aumento de la actividad de grupos islamistas radicales. La violencia en las provincias cercanas al Sahara no ha hecho más que aumentar, con la sucesión de atentados terroristas, en su mayoría perpetrados por las milicias de Boko Haram, que luchan por un Estado regido por la "sharia" (ley islámica) en el norte de Nigeria.
El director de Ayuda a la Iglesia Necesitada en España, Javier Menéndez Ros afirmó recientemente que “Nigeria es uno de los países más letales para los cristianos en el mundo, y que sólo en 2011 se produjeron más muertes de cristianos que las de Pakistán, Siria Kenia o Egipto juntas. Nigeria registró el 70% de todos los asesinatos de cristianos”.
Desde 2011, han sido asesinados cerca de 800 fieles y se han producido más de 400 ataques contra iglesias cristianas. Muchos creyentes saben que su vida corre peligro por acudir a la misa del domingo.
Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) ha lanzado una campaña dedicada a apoyar a los cristianos que viven en este país.
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