Procura desterrar los malos pensamientos acerca de ti mismo. Si dudas o recelas de tus actos y de tus pensamientos, si no te gustas, si te consideras inferior a los demás, si te temes, estás incurriendo en un grave pecado. Tu deber es quererte a ti mismo, aceptarte y amarte, pues solo así podrás asumir tu proyecto de vida y llevarlo a cabo.
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