El Santo Padre recibió ayer por la tarte a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que ha acudido a Roma para estar presente en el Consistorio de hoy, donde será creado cardenal Orani Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro.
El coloquio fue amplio y cordial y dio la ocasión al Papa de expresar una vez más sus sentimientos de afecto y de buenos deseos para todo el pueblo brasileño, explica el comunicado de la Sala de Prensa del Vaticano. Al finarlizar el encuentro, el Papa, en la sala contigua, ha saludaod a la delegación que acompañaba a la presidenta y tuvo lugar el intercambio de regalos
Dilma Rousseff - haciendo referencia a la próxima Copa del Mundo del fútbol tendrá lugar en Brasil en junio - ha regalado al Papa una camiseta nacional brasileña con el número 10 y firmada por Pelé. La dedicatorio del conocido jugador decía: "A papa Francisco, con respeto y admiración". También le hizo entrega de un balón firmado por Ronaldo: "A papa Francisco, un gran abrazo del amigo Ronaldo".
Bromenado, el Papa dijo que si con estos regalos le estaba invitando a rezar para que Brasil gane la Copa y la presidenta respondió que el menos pedía neutralidad.
Por su parte, el Santo Padre regaló a la presidenta un medallón artístico representado "El Ángel de la paz".
El Pontífice y la presidenta brasileña ya habían tenido ocasión de verse desde que el cardenal Bergoglio fue elegido sucesor de Pedro. La preisdenta viajó a Roma para la misa de inicio de pontificado de Francisco y al día siguiete, el 20 de marzo, tuvieron un coloqui privado. La segunda ocasión en la que se encontraron fue en Brasil, donde se celebró el pasado mes de julio la Jornada Mundial de la Juventud.
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