Los obispos españoles, en el Día del Papa
El pilar de la Iglesia
Este domingo, la Iglesia universal celebra el Día del Papa, con la novedad de que es el primero que se celebra en el pontificado del Papa Francisco. Todos somos llamados a rezar por el Papa y por sus intenciones, y a colaborar en la colecta de la Misa a favor del Óbolo de San Pedro
San Pablo visita a
san Pedro en la cárcel,
de Filippino Lippi. Capilla Brancacci,
Florencia
El Papa mantiene unida a toda la Iglesia
El Día del Papa es el día para el recuerdo de esas dos columnas de la Iglesia, Pedro y Pablo. Pedro es el primero de los Doce, cabeza del Colegio apostólico y el primer obispo de Roma. Pablo no perteneció estrictamente al Colegio de los Doce, aunque fue un apóstol como ellos, y supo amar a Cristo y hablar de Él con una pasión y una entrega absolutamente únicas. El peso de la fiesta recae mucho en la figura de San Pedro: en torno a su Iglesia particular de Roma se produce la comunión de todas las Iglesias. El Papa une a todos los obispos, los mantiene unidos y ellos pueden ejercer su ministerio como auténticamente sucesores de los demás apóstoles. Hay que rezar por el Papa, unirse en torno a él; mantengámonos unidos a él.
El Papa, además, necesita que se le ayude para poder cumplir con su misión, necesita apoyo y ayuda económicos para que su ministerio pueda ser realizado. El Óbolo de San Pedro es una ayuda para que el Papa ejerza la caridad de Cristo en el mundo entero. Para esa caridad que el Papa ejerce, merece la pena hacer un pequeño o un gran sacrificio el domingo que viene.
+ Cardenal Rouco Varela
arzobispo de Madrid
Donde está Pedro, ahí está la Iglesia
Con motivo del Día del Papa, es oportuno recordar que, en la Iglesia católica, el punto de referencia en cuanto al contenido y a la unidad en la fe es siempre el sucesor de Pedro. Recordemos aquellas palabras de Jesús, que siempre siguen siendo actuales y eficaces: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Por esto, el Concilio Vaticano II nos dice que el Papa «es el principio y el fundamento visible de la unidad, tanto de los obispos como de la multitud de los fieles».
San Agustín afirma que, en cierta manera, Pedro «personifica a toda la Iglesia». También resuenan en nuestro espíritu las palabras de san Ambrosio: «Donde está Pedro, allí está la Iglesia». El Beato John Henry Newman -aquel pensador y teólogo anglicano que se convirtió al catolicismo en el año 1842- afirma que «los católicos, al unirse al Papa, descansan en la plenitud católica». Por esto, los cristianos hemos de agradecer a Jesucristo el don que nos ha otorgado con el ministerio de Pedro, hoy nuestro estimado Papa Francisco.
+ Cardenal Martínez Sistach
arzobispo de Barcelona
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