lunes, 18 de febrero de 2019

* ANTONIO ARDÓN





Hay personas que puntada a puntada van cosiendo afecto, cariño, admiración y respeto desde el hilo de la sencillez, de la humildad, de la cercanía...

Hay personas que aprendes siempre de ellas con sus palabras y sobre todo con sus hondos silencios...

Y hay personas que "sostienen palabras profundas en miradas calladas"...

Gracias a Dios hay personas como Antonio Ardón a la que quiero, admiro, respeto y que hoy lunes he querido dedicar mi semanal tribuna en Información San Fernando.

Jesús Rodríguez Arias




ANTONIO ARDÓN

Con Antonio Ardón en Villaluenga del Rosario


Abro mi semanal tribuna de cada lunes en Información San Fernando dedicando un personal artículo a un hombre que por su saber estar, su saber callar, su modestia, su humildad, su sencillez, su genialidad, ha aportado mucho a mi vida pues me enseña todos los días que siendo grande se puede ser muy pequeño, que en la salud y en la enfermedad, en las alegrías y las tristezas siempre se puede y debe ser el mismo. Os hablo de Antonio Ardón.

Antonio Ardón llegó a mi vida y a la de mi mujer de la mano de otra querida y buena amiga como es Adela Fernández que es una gaditana enamorada de Villaluenga del Rosario a la que sirve desde ocho años como concejal del PP en el Ayuntamiento de este bendito Pueblo cuya labor leal y constructiva ha sido reconocida con el cariño y respeto de los vecinos. Y es que Villaluenga siempre aparece de forma latente en mi día a día.

Lo conocí en su tienda, en plena Avenida de Cádiz, nos acogió desde el primer minuto con ese cariño, ese respeto, esa delicadeza, que lo hace tan grande. Sonaba, a modo de hilo musical, la siempre melodiosa voz de Julio Iglesias. Tras su mesa, donde diseña y atiende a los que van a buscarlo, un sinfín de fotografías, menciones, distinciones, recuerdos de grandes artistas que lo han tenido como amigo y consejero así como de buenos amigos que han lucido sus diseños exclusivos con mucho arte. Desde el pasado mes de septiembre también luce allí un cuadro de Villaluenga del Rosario que le regalé como imborrable recuerdo de “pregonero a pregonero”.

Con el pasar del tiempo, de los años, hemos ido fraguando una noble y buena amistad totalmente correspondida porque una de las virtudes de Antonio es que caza al vuelo al que va de frente así como el que esconde algo. Él es de esas personas que atiende a todos por igual pero su amistad no se la ofrece a cualquiera. Hemos mantenido muchas conversaciones, nos hemos reído de nuestras ocurrencias, con nuestra particular filosofía de vida, así como los momentos de preocupación, de tristeza que también los ha habido, hemos compartido la querencia por Villaluenga, a la que pregonó el pasado año, porque como él siempre dice este bendito lugar tiene especial embrujo. Antonio Ardón realizó una exaltación que ha quedado grabada en la retina de la memoria de todos y cada uno de los payoyos que tuvieron el privilegio de presenciarlo en directo aunque pienso que lo que más cautivó fue esa sencillez, esa humildad, esa cercanía tan propia en él que rompe todos los esquemas de lo que puede ser una persona famosa, de grandes relaciones, con un prestigio a nivel internacional, que es además buscado por muchos que quieren entrevistarlo, preguntarle el qué o el cómo de su vida en torno a personas muy destacadas en todos los niveles y que  como buen caballero que se precie, no habla de los demás si no es para dedicarles recuerdos y frases llenas de admiración para después acabar hablando de su trabajo, sus proyectos, sus cuadros, su vida desde un aspecto más general porque su intimidad y la de su familia no le interesa absolutamente a nadie. Antonio es ese tipo  de personas que sostiene palabras profundas en mirada callada. Él, junto a su hermana Maribel, prefiere ayudar todo lo que pueda, entregarse y servir a quienes no lo están pasando bien, colaborando con desfiles de alta costura a mil causas solidarias. Hombre de Fe profunda en Jesús y María, en ese Cristo sencillo y austero que podemos conocer en los Evangelios así como de su Madre que para él como para mí tiene un nombre y se llama Rosario que es Patrona de Cádiz y también de Villaluenga.

Sí, hoy lunes 18 de febrero quería dedicarle mi artículo a mi querido y buen amigo Antonio Ardón con el que espero seguir compartiendo buenos momentos en torno a la amistad y aprendiendo de un ser humano extraordinario e irrepetible.

Jesús Rodríguez Arias



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