Una vez que se inició el rezo del rosario de las antorchas al dar la medianoche, almonteños y peregrinos comenzaron a agolparse, tanto en el interior del santuario como en los alrededores, esperando que el Simpecado de la Hermandad Matriz entrara en el templo, un permiso velado para que se produzca el salto de la reja y el encuentro y la procesión de la Virgen.
Según la tradición, este momento debe producirse con el alba, aunque en esta ocasión tampoco se ha cumplido el mandato. Y, después de varios conatos, la tensa espera se ha hecho más corta pues el momento se ha adelantado.
De nuevo este año se ha creado un pasillo en el centro del templo que ha permitido que el Simpecado llegue hasta el altar, frente a la Virgen. Después decenas de almonteños han accedido al paso de Patrona y entre vítores y aplausos la han bajado del presbiterio hasta la nave central con bastante orden, a pesar de la gran presión existente. Pocos minutos después, a las 2:48, la Señora cruzó el dintel del santuario y ha accedido a la explanada donde la esperan miles de personas. Con mucha verticalidad el paso se ha abierto paso entre miles de devotos.
La Virgen por las calles de la aldea
Así se inició el recorrido de varias horas en las que la Blanca Paloma visita a cada una de sus hermandades filiales mecida a hombros de sus hijos. Una a una, tendrán el honor de contemplar ante sí a la Reina de las Marismas y expresarle su devoción.
La procesión este año ha ido más rápida con respecto a otros años. Llegó a Huelva a las 7:07, con un gran ambiente a su alrededor. El año pasado llegó a Huelva a las 8:45. La Virgen se ha recogido a las 11:30 de la mañana de este Lunes de Pentecostés.
Una vez que la Virgen ya ha regresado a su ermita, los peregrinos inician el camino del vuelta en este Rocío 2018.
La Virgen del Rocío ante la Hermandad de Huelva
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