Hoy no es miércoles, hoy es lunes, ni puedo cerrar edición con este artículo a modo de especial dedicatoria pues tengo que hacerlo con el publicado en mi tribuna de Información San Fernando.
Pero hoy no podía dejar de rendir este pequeño tributo a la memoria de nuestro siempre querido Diego Martínez Salas que un día como hoy habría cumplido años, los sigue cumpliendo para todos los que le quisimos pues nadie muere de verdad si se le recuerda siempre.
Diego, para mí fuiste un ejemplo, un hombre cercano, afable, enamorado de tu Grazalema de tu alma, un hombre que devocionaba a su mujer, hijos, madre, familia, amigos, un hombre de profunda, de recia Fe.
Hoy cumples años querido amigo, no hablo en pasado porque simplemente no puedo hacerlo, y por tanto te felicito desde lo más hondo del corazón y publico este tu último artículo de este tema concreto que tu querido e inseparable amigo Luis Ruiz Navarro te comentara ya estando hospitalizado y muy renqueante en salud.
Con un abrazo muy fuerte y con sabor a esa eternidad que todos anhelamos y tú ya disfrutas.
Jesús Rodríguez Arias
María Josefa Domínguez Sánchez. Una centenaria ama de cría de Grazalema
Luís Ruiz Navarro
Diego Martínez Salas
En varias ocasiones nos hemos referido al verdadero éxodo que se produjo en Grazalema durante la segunda mitad del siglo XIX como consecuencia de la crisis en la fabricación de los paños de lana, motor económico del desarrollo de Grazalema hasta ese momento.
Entre los lugares de destino de estos “Grazalemeños por el mundo” estaba Jerez de la Frontera, a donde se dirigió una joven María Josefa Domínguez Sánchez, de la que casi nada sabemos, salvo que nació en 1.824 y fue ama de cría del que más tarde sería Presidente del Gobierno, don Miguel Primo de Rivera y Orbaneja.
Nacido el futuro laureado en 1.870, entró nuestra paisana al servicio de la casa de sus padres, a fin de amamantarlo a cambio de un salario con el que ayudar al sostenimiento de su familia. La existencia de las amas de cría, fue una tradición que se mantuvo durante todo el S. XIX, cuando las parturientes no tenían la posibilidad de dar el pecho a sus hijos por la falta de leche o por su poca calidad.
Se buscaban mujeres sencillas, aseadas y bondadosas que no superaran los treinta años y que ya hubieran tenido varios hijos y estuviesen criando a alguno de ellos, que sin ser hermanos se llamaban entre sí “hermanos de leche”.
Que los padres del recién nacido escogieron a la mejor nodriza, entre las posibles, fuerte y sana como un roble, lo demuestra el que llegó a los 105 años. Y, claro, de Grazalema.
Hay que ver con que humildes hilos se teje la historia.
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Casa natal de Miguel Primo de Ribera donfue criado por Maria Josefa Domínguez
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Las nodrizas pasaban normalmente a vivir en las casas de estas familias, creándose un vínculo de afectividad especial entre el ama y los niños criados por ellas. Este parece ser el caso de D. Miguel Primo de Rivera, personaje sobre cuya actuación recaen grandes ámbitos de luces y sombras y sobre cuya buena o mala “leche”, se discute y se puede discutir, aunque lo que NO cabe duda es que era una estupendísima leche… grazalemeña.
En el curso de una visita oficial realizada a Barcelona, en 1.929, tras celebrarse un banquete en su honor en el Gran Hotel de Barcelona, hizo un alto en el programa oficial que así describe la prensa de la época:
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“Salida del Gran Hotel. Primo de Ribera visita en el Asilo de las Hermanitas de los pobres a una anciana centenaria.-
Después del almuerzo celebrado en el Gran Hotel , el ilustre Presidente del Consejo de Ministro, trasladóse en automóvi al Asilo de las Hermanitas de los pobres donde sostuvo con la anciana de 105 años, allí asilada, María Josefa Domínguez Sánchez, natural de Grazalema que fue en Jerez ama de cría del General, una interesante conversación en la que la simpática anciana recordóle curiosos detalles de la vida del Presidente haciéndole reír con sus oportunísimas ocurrencias, entregándole un donativo que la anciana agradeció vivamente dando un entusiasta viva el Presidente que fue unánimemente contestado.
Esta anciana conserva a pesar de su avanzada edad casi todas sus facultades cosiendo sin necesidad de gafas y eso según dijo, pues había tenido diez y nueve hijos.”
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Nada sabemos si nuestra paisana, con sus 105 años, llegó a sobrevivir al General que falleció dos años después exiliado en París.
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