Mons. Rafael Zornoza presidió ayer en la Santa Iglesia Catedral de Ceuta la Misa Crismal, concelebrada por el clero de la ciudad autónoma.
Durante la homilía, el obispo de Cádiz y Ceuta señaló cómo la Eucaristía es la fuente de toda vida cristiana "la gracia de Dios que nos ha dejado, que es actual. Siempre que queremos mirar a Dios que se queda entre nosotros, miramos a la fuente de la misericordia que se nos da por los sacramentos".
En una celebración de marcado acento sacerdotal, el obispo se dirigió a los presbíteros ceutíes destacando cómo la bendición de los óleos sagrados que se realiza en la ceremonia de la Misa Crismal recuerda "que nosotros hemos sido ungidos como otros Cristo para ser la gracia de la redención. La vida de los sacerdotes puede ser muy pobre, sin embargo, el don que Dios nos ha dado a los sacerdotes es muy grande".
El prelado animó a los sacerdotes a vivir una entrega total al prójimo "las manos de los sacerdotes ya no nos pertenecen, son manos para ponerlas al servicio, son instrumentos del amor de Dios, por eso somos ungidos, para ser entregados al mundo, para dejar nuestra vida para los demás", afirmó Mons. Zornoza que prosiguió "nosotros queremos decirle al Señor que cuente conmigo. Para ello, tenemos que rechazar nuestras tentaciones y pedir perdón"
Por otro lado, el Domingo de Ramos tuvo lugar en el Santuario de Ntra. Sra. de África la bendición de palmas y olivos, ante numerosos fieles que no faltaron a esta entrañable ceremonia con la que se inicia la Semana Grande del cristiano.
Después de la bendición continuó la liturgia eucarística del día en la Catedral. En su homilía Monseñor Zornoza manifestó que “el ejército de Jesucristo, desde la entrada de los niños hebreos, somos actualmente los cristianos. Tenemos que avivar el sentido de cristiano, e ir propagando que Jesucristo es Dios, no como el filósofo francés ateo que exclamaba que ‘Jesucristo no es Dios, y nadie es Dios’.
Además, el obispo de Cádiz y Ceuta aseguró que “los judíos pedían signos y milagros, no se conformaban con tener a Jesús con ellos. Los griegos, sabiduría. Y nosotros los cristianos predicamos a Jesús crucificado, porque es el más grande y el más fuerte. Hoy la Iglesia aclamando a Cristo, en el comienzo de la Semana Santa, no pretende que lloremos detrás del flagelado, el crucificado, sino que adoremos al Cordero; que es Dios. La clave de la inteligencia del escándalo que estamos viviendo los cristianos es ‘obediencia’. Dios nos enseña a obedecer aceptando la voluntad del Padre. En esa obediencia Jesús nos abre las puertas del Cielo, se convierte en nuestro modelo a seguir”.
Tras su presencia en la ciudad autónoma, Mons. Rafael Zornoza presidirá, durante los próximos días, los distintos oficios en Cádiz.
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