DOMINGO DE RAMOS
Una jornada cofradiera para enmarcar y recordar
De nuevo se padecieron vacíos entre las cofradías, lo que demuestra que los ajustes horarios fallan. Gran nivel en los exornos florales y en los acompañamientos musicales.
DON PALCONIO, JEREZ | ACTUALIZADO 30.03.2015 - 06:46
PARA enmarcar. El Domingo de Ramos de 2015 mereció ese honor aunque solo fuera por el tiempo que nos regaló. Un sol casi de justicia impuso su fuerza desde primera hora con un cielo que a la hora de las procesiones emulaba a la túnica de los cofrades de La Borriquita, celeste con algunos retazos de blancas nubes. Muchas ganas de Semana Santa es lo que delataban las calles del centro urbano con gente por todas partes ya fuera buscando hermandades o localizando su palco, todos ya dispuestos para acoger a sus inquilinos.
En pocas palabras un Domingo de Ramos perfecto que respondió a las clásicas estampas que esta jornada deja desde siempre en nuestras memorias.
Llamó la atención cómo ha crecido el número de carritos de chucherías. La necesidad sigue mandando. Al menos, estos y los negocios de hostelería saben de antemano que el mal tiempo no les va a aguar las cajas. Como es norma, trajes y las mejores galas para dar la bienvenida a la Semana Santa, aunque lo que mas apeteciera fuera ir con apaños más frescos y llevaderos.
Abrieron la tarde por la Carrera Oficial los cofrades de túnicas albicelestes que en el acostumbrado y numeroso cortejo desfilaron por el trazado común no sin antes tener un gesto en recuerdo de los cristianos que son perseguidos y masacrados en el mundo. Lo hizo dejando la palma rizada que cada año depositan en el Palquillo y que porta una pequeña nazarena, una palma rizada con un crespón negro. El cortejo se vio pasar ordenado, como es norma en esta cofradía. Bien su paso de misterio andando de frente y bien la banda de Arriate de Málaga, que volvió a Jerez. El palio, en su estilo, andando de frente sin más concesiones. Buenas ‘levantás’ a las que seguía un caminar acompasado con la magnífica Banda Municipal de Rota. Perfectos y sin salirse del guión.
Preciosa resultó la hermandad del Perdón, cuyo cortejo fue serio y ordenado además de más numeroso, lo que se notó para mayor grandeza de una corporación que cuida este aspecto. Por cierto, entre esta hermandad y la lasaliana hubo demasiada separación, generándose un vacío nada recomendable. Del mismo modo sucedió, pero mas acentuado, entre el Transporte y la Coronación. Es evidente que algo falla en los ajustes horarios.
Los dos pasos de la hermandad de la Ermita de Guía se ofrecieron muy bien arreglados de flores y sonando muy bien las dos bandas con la novedad de que la de detrás del Crucificado, que fue novedad en Jerez —la de las Fusionadas de Málaga—, lució unos uniformes de un rojo extremadamente llamativo.
El Transporte nos dio buenas sensaciones, tal vez deben cuidar algo la separación entre las parejas de nazarenos. Por lo demás dio muy buenas impresiones de cofradía que cuida los detalles con exquisitos arreglos florales en ambos pasos, pero de forma singular los gladiolos muy recortados que rodeaban a Madre de Dios de la Misericordia.
La Coronación fue como siempre perfecta, sin desentonar en un Domingo de Ramos en sintonía con los estilos de cada hermandad. Los cofrades de la Capilla de los Desamparados se reivindicaron como cofradía solvente y con mucho recorrido —tanto actual como pretérito— esa antigüedad que les sitúa este año en cuatro siglos desde su nacimiento. Lució buenos arreglos florales en los dos pasos, con un palio que ofreció a Jerez explícitamente la restauración de los varales. Las dos bandas tuvieron gran calidad y tocaron repertorios muy clásicos sin concesiones estridentes.
Dio la sensación de que en los palcos, cuando hay que guardar un silencio respetuoso se hace. Al menos en una medida importante del público que los ocupa aunque siempre hay excepciones. Así se percibió al paso de la hermandad de Las Angustias, que pese a caer en el tópico, puso el contrapunto al día inaugural de la Semana Santa y lo hizo como siempre y como nunca con un precioso cortejo muy nutrido, ordenado y severo. Solo un detalle como anécdota: cuando la hermandad salía de Honda le apareció por detrás un turismo que se encajo en la Rotonda y su ocupante no pudo salir del lío en el que se metió. Al final, un agente de la Policía Local tuvo que tomar cartas en el asunto y sacar el coche del lugar.
Al margen de esto, la noche de cerró en los palcos con las enlutadas sensaciones de la cofradía del Humilladero, una de las madres y maestras en saber cofrade de Jerez.
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