EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN. «Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?». (Evangelio del día). Jesús replicó de esta forma a los judíos cuando intentaron apedrearle. Y Jesús se defiende mostrando su verdad. Hoy, al menos, en Occidente no se apedrea literalmente a nadie, y sería muy fácil hablar de que, aunque no tiramos piedras, de alguna manera, nosotros cristianos convencidos, seguimos apedreando a Jesús. Para mí el tema está en que "no vemos" las cosas buenas de los otros, y así andamos, apedreando. Y, no lo vemos porque, en el fondo, tenemos una cierta envidia y, quizás, celos porque yo no hago estas cosas buenas o de mi no sale. Reconocer que alguien es "profeta en su tierra" nos cuesta y nos entra la "pelusa". Si lo vemos con detenimiento, lo que no quiero es que se remueva mi conciencia porque ya estoy acomodado en mi fe, y, el otro me "molesta". Jesús, en la Cuaresma y en la Pascua viene a removerlo todo. O, mejor dicho, viene a ponerlo "en su sitio", en el orden original. Por ello nosotros debemos escuchar, sin acritud y sin molestarnos, esta réplica de Jesús que, aunque parezca que "te lo hecha en cara", no es así, sino lo que desea es despertaros de lo anestesiado que nos tiene la sociedad. Santa María de Caná, ruega por nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario