DOMINICOS.
Principios del siglo XV, un fraile dominico viene de Valencia, tras recorrer gran parte de Europa. Son tiempos difíciles, es un siglo oscuro debido a la peste que asola gran parte del viejo continente. Al predicador le acompaña una gran corte de penitentes, flagelantes, que quieren expiar las culpas de clérigos y gobernantes. Son personas que se han lanzado a recorrer los caminos de Europa, que se agarran a luchar por la esperanza, para anunciar un tiempo nuevo: la vuelta a las buenas costumbres del Evangelio.
Esa comitiva llega a Jumilla el sábado 18 de abril de 1411, al frente del séquito fray Vicente Ferrer, un humilde predicador que consagra sus labios a la esperanza real y verdadera. Ahí se encuentra el antecedente real e histórico de la Semana Santa de Jumilla.
De esta bella manera ha comenzado fray Antonio Praena Segura, teólogo y predicador dominico el Pregón 2015 de la Semana Santa de nuestra ciudad, “una semana santa solidaria con el pasado y el futuro”, a decir del pregonero, quien añadía bellos elogios a los jumillanos: “sois gentes con arrojo, que trabaja la piedad, la caridad y la devoción, y eso os lleva a vivir plenamente la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo”.
Para este dominico Jumilla es una ciudad hospitalaria que siempre acoge con cariño, y al igual que lo hizo con San Vicente, “y esa impronta ha quedado en vosotros, en vuestra pasión como se refleja en la actualidad, acogiendo a los inmigrantes que vienen de muy lejos buscando el pan para su familia, comportamientos así han permitido construir Europa: derribando muros, acogiendo al forastero, desarrollando la democracia y el arte, acogiendo a gentes de toda cultura, tradición o religión, y en esto Jumilla ha sido un manantial abierto a otros”.
Repasando cada uno de los momentos de la Pasión, reflejados en los pasos que procesionan en Jumilla, Praena ha ido señalando las virtudes de la Semana Santa jumillana, “reflejo de lo mejor de vuestras creencias cristianas”. “Jumilla, hija de la luz, que os llamó el poeta árabe, vuestra historia es grande, también vuestra Semana Santa, y aunque con escenarios nuevos y hombre nuevos, conserváis la humildad, virtud que sustenta y salva el mundo”.
También ha señalado la importancia que la mujer tiene en la semana de pasión jumillana, preparando los ajuares y vestidos de la Virgen, ocupándose que la gastronomía esté presente estos días, preocupándose del vestir de los suyos, y así un sinfín de virtudes que la adornan.
La doble faceta de teólogo y poeta ha quedado patente a lo largo del pregón, así como que para el pregonero no hay diferencia entre cultura popular y alta cultura o gran arte y arte pequeño, y “con la humildad de lo pequeño vosotros dignificáis la condición humana”.
También ha alagado el respeto por la tradición heredada de los mayores de esta semana santa, y ese carácter jumillano que se preocupa de las víctimas, enfermos, ancianos, desahuciados, “todos esos cuerpos que nadie abraza”, y recurriendo a una sagrada sentencia ha afirmado que “verá la Belleza quien custodia a su hermano”. “Anónimos que no figuran en la historia, ahí es donde está el cuerpo del Resucitado, sublime belleza que representa Jesús, hasta en el momento en que fruto de la Pasión no era más que un despojo humano, y que Salzillo supo plasmar como bien sabéis los jumillanos. Ningunas manos tan bellas como las suyas, que curaron la lepra, llagas, sida,… aún atadas a una columna, pueden salvarnos”.
A los jóvenes que portan las sagradas imágenes ha pedido que lleven a Dios, sin miedo ni vergüenza, a cada rincón y no solo durante una semana, sino durante toda la vida. “En vuestros hombros reposa el pasado y futuro, porque la tradición es una forma de crecer hacia adelante”.
Jumilla, tierra milenaria de las tres culturas en la que se ha asentado bien el Cristianismo, matizaba fray Antonio Praena, quien ha acabado su pregón recordando la sentencia de Terencio, que el Papa Juan XXIII hizo suya: “Dolor y belleza son hermanos”, consustanciales a la Semana Santa. Y, ¿dónde está tu hermano?, dijo Dios a la Humanidad cuando aun no era el dios judío, cristiano o musulmán.
Al pregonero lo ha presentado el profesor Alfredo Arrebola, quien lo ha definido como un “dominico de corazón mundano y elevada mística pregonera, que viene a Jumilla a pregonar a los cuatro vientos el misterio más sublime que ha tenido lugar en la historia de la humanidad: la Pasión y Resurrección de Cristo”.
Al terminar el Pregón, la Junta Central ha obsequiado, a través de su presidente –Fulgencio García Gómez-, con un bello cuadro de la Virgen a fray Antonio Praena Segura (Purullena –Granada- 1973), de la Orden de Predicadores de los Padres Dominicos y profesor de Teología en la Universidad San Vicente Ferrer de Valencia.
Previamente al Pregón ha tenido lugar la recepción oficial del pregonero en el Ayuntamiento, donde la Corporación y la Asamblea en Pleno de la Junta Central de Hermandades y Cofradías de Semana Santa le han recibido. A continuación en la Iglesia Mayor de Santiago Apóstol se ha oficiado una Solemne Eucaristía presidida por el párroco Jorge Oliva y el pregonero, que ha contado con la participación de la Coral Jumillana Canticorum, dirigida por Isidro Alemán Sanchís. Han interpretado un repertorio clásico de la liturgia cristiana y han finalizado con la pieza más conocida de la película “La Misión”: el oboe de Gabriel.
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