EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN. «El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» (Lectura del día). Creo que es el saludo más pleno y profundo que puede haber, más sencillo, sin ornamentos y, al mismo tiempo, con una fecundidad suprema. Y creo que a todos nos gustaría que un día el Señor nos lo diga. María nos puede ayudar mucho a mantener su actitud de docilidad, orante y confianza con Dios. ¿Qué nos falta para llegar a este nivel de entrega? Entre otras cosas, claro, en primer lugar, la oración. Pero, la oración de estar expectante, abierto a la sorpresa, en soledad y silencio, meditativa; no una simple oración recitativa, que también está muy bien, pero que se queda corta y coja. En segundo lugar, en estado de gracia. Y, aquí, me parece que pinchamos más de algunos porque la tentación es muy sutil y la flaqueza mucha. ¿Utilizamos las "armas" que Dios pone a nuestro alcance para vencer la debilidad y la pereza? Caer en la tentación es muy fácil, porque viene revestida de bondad, atractiva, apetitosa y placentera. Y, además, hasta justificamos nuestras caídas, que es lo peor que podemos hacer. María, hoy, viene a ser nuestra fiadora y Jesús nuestro valedor. Por ello apeguémonos a María como una lapa, y recibamos a Jesús siempre que podamos. Que de nuestros labios no caiga nunca el nombre de María y Jesús. Santa María de Caná, ruega por nosotros. Y una sencilla y confiada oración: "Hágase en mí según tu palabra".
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