domingo, 2 de noviembre de 2014

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER.

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: "Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad. Sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre." (Salmo del día). Este salmo siempre me ha parecido de una riqueza impresionante. Por un lado, te invita a la confianza. Y, por otro, a descartar la soberbia y el egoísmo. Es verdad, por nuestra debilidad, que a veces lo decimos con la "boca pequeña", cómo autoconvencido, con un poco "de fachada". Pero, cuando entras en la dinámica de Dios, cuando te dejas rociar de Espíritu del Señor, cuando empiezas a apreciar la "ultimidad" verdaderamente te anima a continuar por el camino de la humildad. Y este camino, no es que sea sólo bueno, es que es el único, es la "puerta estrecha" de la que nos habla Jesús. Hoy es día de los difuntos, los que, aquí, han terminado su peregrinar. Pues, para los que aun no han alcanzado la gloria, tengamos una oración. Pidámosle al Señor por ellos y por nosotros. Santa María de Caná, ruega por nosotros.

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