jueves, 27 de noviembre de 2014

PARA MEDITAR.


La fe no es un producto de la razón, pero si eres creyente, estás obligado a conocer y a saber exponer los fundamentos de tu fe; los motivos razonables que te hacen permanecer en el mundo de la fe. 
A veces te ha cruzado por la mente esta idea: "Acepto a Dios, pero no sus misterios". ¿Reconoces lo ilógico de esa postura? En la fe, ¿Se trata de ver o de aceptar? Y se trata de aceptar, por lo que ves todo razonable, o porque es Dios quien te inspira confianza en su Palabra reveladora. 
Si crees, porque a ti te parece verdad y razonable, entonces estás creyendo en ti, en tu razón, en tu entendimiento que muestra las cosas como aceptables; crees en ti pero no en Dios; y eso será fe humana, pero nunca fe divina; y con la fe humana puedes llegar  a los mayores desastres, puedes perderla con facilidad, pues el fundamento en que se apoya es muy variable; mientras que la fe divina es inconmovible, pues Dios es siempre el mismo y nunca cambia. 

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