La joven, de 29 años, había previsto su suicidio asistido para el 1 de noviembre, pero señala ahora que «parece no ser el momento adecuado». Miles de cristianos en todo el mundo se han unido a la campaña de oración We luv Brittany que inició el sacerdote Tony Medeiros
Noticia digital (31-X-2014)
Miles de personas rezan estos días por una joven, Brittany Maynard, diagnosticada con cáncer terminal y dispuesta a provocar su propia muerte ingiriendo una combinación letal de pastillas que le ha recetado un médico en el estado de Oregon, donde es legal el suicidio asistido.
La joven, que se ha convertido en símbolo de los defensores de la llamada muerte digna, ha dedicado las últimas semanas a pasar tiempo con su marido y sus padres y a tratar de cumplir algunos deseos; el último, un viaje al Gran Cañón a principios de esta semana. Asustada por el sufrimiento que la enfermedad vaya a provocar, Brittany, de 29 años, había decidido quitarse la vida el 1 de noviembre, rodeada de su familia en su propia casa. Cuando su caso se dio a conocer, miles de personas comenzaron a rezar por ella a través de la web We luv Brittany, y enfermos de cáncer como la madre de familia Kara Tippettso el seminarista Philip Johnson le enviaron emotivas cartas en las que, desde la unión surgida de compartir un sufrimiento común, le animaban a buscar en Dios la paz necesaria para vivir la enfermedad sin adelantar su propia muerte.
Ahora, llegada ya la fecha prevista para su suicidio, la joven señala que «parece no ser el momento adecuado», ya que todavía disfruta de su familia, se encuentra bien y se siente con fuerzas para seguir viviendo. No ha cambiado radicalmente de opinión, ya que mantiene su deseo de ingerir los medicamentos letales, pero quienes rezan por ella confían en que la oración le haga modificar sus planes.
R. C.-M.
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