Silvia ha heredado el interés por las vidas de los santos de su abuela Matilde, que «siempre ha escrito las loas, ramos y poemas» en el pueblo. El gusto por la arquitectura y el arte se los contagió un profesor de COU. Ella ha cogido estas dos formas de conocimiento convencional, y las ha llevado a Twitter, donde más de 5.000 personas siguen sus historias de santos
Noticia digital (31-X-2014)
San Dionisio de París
Hace poco, un conocido de Silvia bromeaba en Twitter diciendo que, en el día de Todos los Santos, habría que ayudarla, «que los tiene que repasar a todos». Silvia Castellanos, conocida en la red social como @Silvi_ta, es famosa entre sus más de 5.000 contactos por sus curiosas historias de santos. Cada día, comparte el santoral, y cuenta la vida de alguno de ellos.
La tradición le viene de familia: «Mi abuela Matilde siempre ha escrito las loas, ramos y poemas para las celebraciones del pueblo. Es una especie de rapsoda, y tiene una memoria espectacular. Se sabe las vidas de los santos de carrerilla y siempre nos las ha contado en casa. Creo que por ella es por quien cada día me ha gustado mirar el santoral».
Un día, medio en broma, empezó a compartir este conocimiento en la red social de microblogging. «Como yo los consultaba de todas maneras...» Le gustan, especialmente, los mártires y los santos desconocidos (o a veces olvidados) de los primeros siglos, más aún si vivieron en España. Así que, después de varios tuits con nombres curiosos, cuando hay suerte, vienen muchos mensajes más contando la historia de jovencitas que rechazan pretendientes por ser fieles a su consagración a Dios, mártires de todo tipo, eremitas, religiosos, y también milagros.
«Creo que al principio la gente no daba crédito -reconoce-. Efectivamente es algo que suena como de antes del Concilio de Trento. Sin embargo, para mi sorpresa ha sido más la gente que me ha comentado que siguen las historias encantados que la que me ha dicho que no me soporta (que también la hay, claro)».
Campanas en Twitter
Avatar de Silvia en Twitter
De hecho, se ha convertido en una especie de tradición para sus seguidores, que esperan ese momento en que toca la campana con la etiqueta #tilíntilín. «Hay gente incondicional de los santos, y me da rabia no poder ponerlos cada día y contar una historia, pero a veces me falta el tiempo». También le ha surgido un colaborador: otrotuitero «que se molesta en copiar y pegar los tuits, colocados» en orden, en un perfil de Tumblr, para evitar el tener que buscarlos en su perfil de Twitter y leerlos de abajo hacia arriba.
¿De dónde sale ese interés de la gente? «Supongo que, como ha estado tan olvidado, de repente llama la atención o resulta curioso», responde Silvia. Cree que es difícil ir más allá, y saber, por ejemplo, qué impacto tienen las historias de los santos en la fe o la falta de fe del heterogéneo público de Twitter. «Claro que las historias de los mártires de fe inquebrantable son testimonios, pero a cada uno le aportarán, o no, cosas diferentes».
Silvia añade que, además del valor intrínseco de las historias, influye «la manera como se cuente. Yo lo intento hacer como si fuera un cuento e intentando que suene divertido». Para ello, utiliza el mismo lenguaje coloquial que para el resto de sus tuits, incluyendo bromas y giros propios de esta red social. En otras palabras, traduce las vidas de los santos a la jerga de las redes. «Son historias tremendas, pero si te pones muy tremendo al contarlas, creo que echas para atrás a la gente».
El profesor de COU y Silos
Capitel de la Trinidad, en la colegiata de Alquézar,
lugar del martirio de santa Alodia y santa Nunilo de Huesca
La otra gran afición de Silvia es el arte y la iconografía, sobre todo medieval. Lo mismo que cuenta historias de santos, ayuda a sus lectores a identificar las imágenes, o comparte fotos de capiteles y cuenta la historia que hay detrás de ellos. Se le nota la pasión por el románico, y no es raro, por tanto, que algún seguidor le envíe fotos cuando visita alguna iglesia. En este ámbito, de hecho, ha dado el salto más allá de Internet, y publica artículos sobre arquitectura y arte sacro en la revista cultural JotDown.
«Se lo debo todo a mi profesor de arte de COU, Jesús Reyes. Él siempre me ha puesto el mismo ejemplo: cuando él estudiaba en la facultad, la corriente docente imperante era el materialismo histórico. Así, se explicaba que el abad de Silos era un señor feudal que tenía a sus vasallos explotados, etc. El problema, me dijo mi maestro, es que cuando llegó a Silos por primera vez, se dio cuenta de que nada de aquello le ayudaba a entender el arte que estaba viendo. Según él, para acercarse al arte, sobre todo al medieval, e intentar entenderlo, lo mejor es leer la Biblia, los apócrifos, martirologios, bestiarios. Si no sabes quién es el apóstol santo Tomás y el episodio de la duda, por ejemplo, te vas a quedar igual ante el famoso relieve de Silos, o ante el cuadro de Caravaggio, ¿no? Al final, los santos, profetas, etc. están muy relacionados con mi afición por el arte».
Después de muchos años aprendiendo sobre los santos, y de varios hablando sobre ellos en las redes sociales, ¿tiene favoritos? «Uff... soy incapaz de decir uno solo. Hay un santo y una historia casi para cada día así que me es muy difícil elegir». Un poco a la fuerza, se reconoce «bastante fan del Arcángel san Miguel. Y una de las historias que más me gustan es la de santa Orosia de Jaca». ¿No la conoce? Aquí puede leer tal como la contó Silvia en su día (el 25 de junio).
María Martínez López
Santa Orosia de Jaca
Resulta que Orosia nace en 864 y se llamaba realmente Dobroslava. ¿Dobroslava de Jaca? Esperad un momentito que os cuento… Era hija de Moyslav, duque de Bohemia y muy pequeñaja se queda huerfanita de primero la mamá y luego el papi. El ducado de Bohemia lo heredó un tal Boriboy (tiene nombre de dibujico animado), casado con Ludmila, una zagala de buenísima familia… y entonces los nuevos duques recogen a la pequeña Dobroslava como ahijada.
En aquellos años, andaban por sus tierras Metodio y Cirilo, sí, el del alfabeto cirílico. Unos obispos que iban predicando por un montón de sitios de Bohemia. Total, que la duquesa y Dobroslova se bautizan cuando la pequeña entra en la pubertad, y en el castillo hacen levantar una iglesia. Entonces Dobroslova toma el nombre de Eurosia (Orosia), porque Dobroslova era un nombre así como de bárbaros herejes y eso. Todo va fenomenalmente hasta que en Bohemia, unos checos asalvajaos, se rebelan contra el duque. Les expulsan a toditos de allí.
Mientras tanto, en Aragón…. había un conde de la dinastía de los Jimenos que por diversas muertes en la familia se había ido haciendo con todo el power en la región. El conde tenía un hijo, Fortunio Garcés, que se había metido a clérigo porque era el segundo y, los segundos no eran los primeros, te metían a cura y ya. Pero, el primogénito de Fortunio Jimeno había muerto luchando contra los moros.
Si era clérigo no podía heredar y tener descendencia y esas cosas, así que el conde envía a Roma una embajada: «Señor Papa, que anule usted por favor los votos del segundo hijo del conde, que así no se puede hacer condado». Para convencer más al Papa, le dijeron: «Elija usted a la moza para que se case si quiere». Y resulta que Metodio había ido a ver al Papa para sus cosas de obispos y eso, y lo vio claro, iban a casar a Dobroslava con Fortunio Garcés.
En agosto del 880 salió Orosia con su comitiva caminico de los Pirineos. Llegando a su destino se adelantó un tal Domingo para dar anuncio de la llegada de la esposa, pero le atraparon unos morunos y le sonsacaron el lugar por donde venía la zagala. El jefe moruno se llamaba Abel Lupo y fue disparado a buscar a la comitiva. Al llegar, Orosia y otros pudieron huir al monte. Se estaban muriendo de sed los pobreticos, entonces Orosia rezó y apareció una fuente en un prado.
Pero Abel Lupo les encontró. Él mismo iba a matar al jefe cristiano, pero Orosia se interpuso y le tajaron la muñeca a la pobre. El moruno se encendió y ordenó que le cortasen la otra mano, la cabeza y los piecicos. Ella, mientras, estaba arrodillada rezando, y entonces llegaron unos nubarrones y un rayo cayó al lado de Orosia. Los morunos salieron pitando, pero Abel Lupo, que era muy chungo, antes de marchar la decapitó. 16 añicos tenía la pobre :_) Desde el cielo se oyó una voz: Tú calmarás las tormentas, siempre que invoquen tu nombre. Por eso, Orosia protege contra las grandes tormentas, las granizadas y protege también a los agricultores, claro.
300 años después, un pastor llamado Guillén estaba en un prado cercano a Yebra y al beber de la fuente se le apareció una lucecica blanca y le dijo: «Guillén, hace tiempo que por aquí no viene nadie. Los aragoneses han olvidado a Orosia a la que Dios quiere glorificar. Saca su cuerpo de debajo de ésta hierba y llévalo al valle. Deja en Yebra la cabeza, lleva su cuerpo a Jaca y colócalo en la parte derecha del altar, debajo del tabernáculo».
Guillén, que era muy bien mandao, lo hizo, por eso y porque supongo que estaría un poco bastante muerto de miedo. Iba Guillén con el cuerpo de la santa y las campanas de las iglesias de las aldeas comenzaron a sonar solas y se abrían las florecicas del campo a su paso, las fuentes se llenaban de agua y se curaban los enfermos.
Al llegar dejó a Orosia en el altar, subió al púlpito y contó a todo el mundo lo que había pasado. Entonces el obispo lo hizo canónigo y custodio de la Santa y en Jaca se quedó. Y por esto Orosia es una santa retopísima y viajera, y en Italia también la quieren un montón, sobre todo en los sitios de vino; y es que los soldados españoles propagaron el culto a Orosia hasta tal punto que muchas campanas en Italia se llaman como ella :_) Conexión Bohemia-Jaca-Italia en un momento.
Silvia Castellanos
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