jueves, 30 de octubre de 2014

PARA MEDITAR.


Sin lugar a dudas todos deseamos ser mejores de lo que somos; incluso habremos hecho algunos esfuerzos por serlo. 
Pero esos esfuerzos no han sido suficientes y por eso no lo hemos logrado. No debemos desalentarnos; jamás podremos colocar la segunda piedra si no ponemos la primera; no podremos escalar el segundo peldaño si antes no pisamos el primero; no llegaremos a la cima si no empezamos a trepar por la ladera. 
El esfuerzo de hoy posibilitará el ascenso de mañana; no se nos exige el ascenso de mañana, pero sí el esfuerzo de hoy. El esfuerzo de mañana, hoy no es posible; pero el paso de hoy, sí; y, en consecuencia, estamos obligados a hacerlo. 
No nos quejemos mañana si hoy fundamentamos su fracaso. 
Si hoy no morimos a nosotros mismos, no nos quejemos de que mañana tengamos "nueva" vida; ¿Seguiremos con la misma vida de ayer, la vida vieja y caduca o la nueva de la gracia de Dios? 

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