Por María José Alegría
SANTIAGO, 29 Oct. 14 / 04:07 pm (ACI).- En el último tiempo han salido al mercado películas sobre demonios y exorcistas donde se muestran personas poseídas y se hacen recreaciones de exorcismos. Estas cintas han generado un interés colectivo especialmente en los jóvenes en Halloween. Entonces, ¿Cuál debe ser la postura de un católico ante estas cintas?
En entrevista con ACI Prensa Paz Echeverría, miembro de la Fundación Orientación Cinematográfica Católica (Chile), aseguró que "no es recomendable ver este tipo de películas, ya que la mayoría muestran la realidad distorsionada, no son exorcismos ni posesiones reales, sólo buscan escandalizar al público con efectos especiales y escenas terroríficas”.
“Mientras más de estos recursos estén presentes en estas películas, más lucrativas serán y eso es lo que les importa. Pareciera como si la cultura de la muerte fuera más llamativa que la cultura de la vida".
Según explica Echeverría "es un tema de moda. En la cultura actual se busca promover todo lo relacionado con el mal. Es una de las maneras de impactar fuertemente al público y como es un tema del cual se habla pero se tiene poca formación, produce los efectos de terror y pánico".
Recordó además que el diablo sí existe y está en todo momento tratando de inducir al mal. “Hay mucha gente que duda de su existencia y esto es un grave error ya que eso puede permitir que actúe libremente en nuestra vida. Basta tener en claro la gran cantidad de veces que en la Biblia y en el Nuevo Testamento se mencionaba la existencia del maligno y como Jesús los expulsa de las personas donde se habían infectado".
Paz Echeverría recomienda además que, si se va a ver este tipo de películas, que sea con una persona que sepa del tema, con una fe sólida y con conocimiento de las enseñanzas de la Iglesia sobre el asunto, leer la Biblia y el Catecismo de la Iglesia Católica.
Por su parte, Julio Pozo, Director Ejecutivo de la distribuidora católica Areópago, Comunicaciones dijo a ACI Prensa que "el catolicismo es la fe de la libertad, es decir que todos los cristianos formamos nuestra conciencia sobre el bien y el mal para luego tomar buenas decisiones. Entonces si sabe que se va a pasar mal viendo una película así, o si no se le toma el peso a esta realidad, es preferible ver una película que aporte valores; hay cosas más interesantes que ver".
"Estoy convencido de que una Iglesia en salida debe introducirse en los ambientes donde la fe ha entrado frágil o directamente donde se escapa de ella como si fuera una enfermedad repulsiva. Uno de ellos es el mundo del cine. ¿Y por qué el cine? Pues porque muchas personas jamás pisarían una Iglesia a menos que sea para una funeral o un matrimonio, pero no les complica ir a ver una película”.
Por ello, concluyó, “es una oportunidad promover que en estos ambientes haya otros contenidos que muestren lo mejor del ser humano y que den respuestas a preguntas más profundas donde se encuentra la plena felicidad".
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