martes, 29 de abril de 2014

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER BERNAL.

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla". (Evangelio del día). Después de hacer varios milagros, la gente no entienden a Jesús. ¿Porqué le agradece Jesús al Padre que la revelación se haga a los sencillos? Porque los sencillos acepta el misterio sin tener que buscar "razones" evidenciales. Nosotros, a veces, hasta queremos "enmendar la plana" al propio Jesús, corregir al que, sencillamente y con humildad, sabe más que uno y somos "más papista" que el Papa. Los sencillos no se plantean disquisiciones complicadas ni buscan una teología de altura, ni busca razones científicas. Reciben, sin más, el misterio y la Palabra. Se me evoca el salmo 130: "Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad; sino que acallo y modero mis deseos,como un niño en brazos de su madre". Señor, aparta de mi los deseos de protagonismo y grandeza que, a veces, me asalta. Dame esa vida y corazón sencillo para reconocerte como mi Dios y mi Padre, para recibir tu reino sin complicarme en razones o merecimientos por mis obras. Todo me lo das gratis y por tu voluntad de salvarme. Gracias Señor. Santa María, Virgen fiel y sencilla, ruega por nosotros. Epílogo Pascual: "A zaga de la huella del Amado, que en él se transfigura, y el cuerpo anonadado ya está por el amor resucitado."

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