sábado, 26 de abril de 2014

* CON MI CARIÑO Y GRATITUD.

La verdad es que no creía, ni por asomo, que estaría hoy escribiendo el primer post después de la importante operación que me fue practicada el pasado lunes 21 de abril.

Os puedo garantizar que desde ese día soy una persona distinta que ve las cosas con "otros" ojos, que asume su día a día de otra manera y que sabe que está siempre amparado por Dios.

No os oculto que han sido días duros, de muchos sufrimientos y padecimientos. Había momentos, que eran horas, que mi cuerpo era un puro dolor y eso hacía que mi espíritu se volviera más paciente y agradecido a Dios pues cuando eso sucedía cerraba los ojos y encomendaba el sufrimiento a Dios, a las encomiendas que tenía en mi mente y en mi corazón.

Días eternos aunque también días agradecidos porque mi cuerpo estaba recostado no solo en el colchón de la cama sino también en el de tantas oraciones y peticiones como las que habéis hechos vosotros mis queridos y buenos hermanos del ama. Ni Hetepheres ni yo nos hemos sentido solos ni un minuto.

Aún recuerdo cuando mi mujer, pacientemente, me leía todos los mensajes llenos de cariño y me contaba las llamadas recibidas de tantísima buenas personas. Me emocionaba hondamente y aún hoy mis ojos se impregnan de lágrimas cuando lo recuerdo.

Hetepheres ha sido, lo es siempre, mis pies y mis manos en estos días. Ella ha sido la que os ha indicado del resultado de la operación, de la primera convalecencia. Siempre paciente y con una gran sonrisa en los labios aunque sufriendo con mi dolor que era el suyo. ¡Esto es Amor!

Cristo Jesús ha hecho que ya nos encontremos en casa y que empecemos la auténtica convalecencia y recuperación. Se prevé algo lenta pues todo gira en que mi estómago vaya tolerando la alimentación muy poco a poco. Os diré que tengo que estar un mes a papilla y comiendo muy despacio. Para tomar un vaso de zumo de naranja necesito más de una hora. Así no puedo estar mucho tiempo sentado pues siento una dolorosa presión en el estómago. Aunque como ya conozco lo que es y estoy aprendiendo a vivir de esta forma y manera pues me pongo en Manos del Señor y sigo pasito a pasito hacia adelante.

Hoy debe ser un día de recuerdos y de Acción de Gracias.

GRACIAS a Dios por tenerme en Sus Brazos siempre y ayudarme en cada momento.

GRACIAS a mi mujer, Hetepheres, porque lo es TODO  en mi vida. 

GRACIAS a todos y cada uno de vosotros, por vuestras oraciones, muestras de cariño y apoyo constante. Doy gracias al Cielo por teneros cerca de mi siempre. 

GRACIAS al Dr. D. Gonzalo Guerra Azcona porque gracias a su gran profesionalidad y humanidad ha hecho que me cambie la vida hacia mejor y con plenas garantías de seguir adelante. Es un extraordinario y reconocido digestivo, un auténtico caballero y mejor persona. Ha sido una auténtica Gracia de Dios el haberme puesto en sus manos a tiempo.

GRACIAS al Hospital Quirón San Camilo de Madrid, a todos los médicos, enfermeras, auxiliares, celadores por su ejemplar dedicación con todos los enfermos.

Ahora, poco a poco iré recobrando mi labor apostólica por medio de este blog, Facebook, artículos de opinión así como de la forma y modo que Dios me guíe en cada momento y ocasión. Será algo progresiva de menos a más pues mis fuerzas flaquean y cuando llega el agotamiento no puedo ni con mi alma.

No he querido que pasara más tiempo sin abrir de nuevo el blog, de escribiros unas sencillas letras que salen directamente desde el corazón. Desde hoy sedvalientes.blogspot.com volverá a su labor de evangelización.

Que por la intercesión de la Santísima Virgen María, de todos los santos y en especial a dos nuevos que están a punto de agregarse al santoral, sepamos vivir todos los acontecimientos de nuestra vida desde la fe porque Jesús nos dijo que la misma movía montañas y después de mi experiencia os lo puedo asegurar.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios te bendiga.

Jesús Rodríguez Arias

2 comentarios:

  1. Siempre gloria y alabanza al Señor nuestro Dios y Salvador Jesucristo,

    Yo también doy gracias a Dios por tu recuperación, y debes seguir así, recuperándote.

    Cuando leo testimonios así, es como si yo también lo sintiera, el sufrimiento de otras personas vienen a mí, hasta hacer estremecer mi cuerpo. Los hospitales es algo que no llego a superar, pero he visitado a enfermos conocidos, cuando supe de ellos.

    Si veo alguien que está herido, una dolencia terrible, no me puedo quedar indiferente, ¡pobrecillos!

    No lo pasé nada bien aquel día, cuando estaba en una cama en el hospital, que oía como otros pobres enfermos se angustiaban. Y las cosas que hablaban, o la de veces de operaciones renales que algunos tuvieron que soportar. Tantas cosas.

    Pero gracias damos de todo corazón a Dios, que tanto nos ama, que yo he llegado a pensar, hoy estoy aquí, enfermo, pero mañana será distinto, Pero ese mañana es cuando ya estemos todo ante Dios, adorándole para siempre, el hoy, no es el de 24 horas, que puede ser este hoy, la duración de nuestra vida en este mundo, Mañana ya todo ha pasado, por eso, nuestras enfermedades es una preparación para la salud del alma, el cuerpo, al fin al cabo, es Dios que convertirá lo que es corruptible, que son nuestras debilidades, en el último día, nuestros cuerpos serán cuerpos gloriosos.

    San Pablo nos lo explica mucho mejor, dice: «Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros, así completo en mi carne, lo que falta a los padecimientos de Cristo, en favor de su Cuerpo que es la Iglesia» (Colosences 1, 24), estos sufrimientos, estos cambios que notamos por causa de nuestras enfermedades, en vez de deteriorarnos, lo que sucede, es que cuando estamos pendientes de Cristo Jesús, ya buscamos la Vida eterna: «Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su Cuerpo Glorioso, con esa energía que posee para someterlo todo » (Flp. 3, 20-21)

    Si no fuera por la vida de Gracia, por los sacramentos, por la Eucaristía frecuente, terminaríamos en la desesperación. En la Sagrada Comunión, nuestro Dios, y Señor Jesucristo, viene a nosotros y nosotros avanzamos siempre con Él.

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  2. Es una enorme satisfacción saber que ya te encuentras en casa para recuperarte... Claro que que sí, cuando se va de menos a más se agradece, el peligro es creer que ya puede uno hacer lo mismo que antes. Cuídate y no te esfuerces demasiado. Un abrazo, y a la paciente enfermera

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