Alvaro Real
El Papa Francisco llamó por teléfono, hace dos días a Filomena Iemma, madre de Eliza Claps, la joven de Potenza en el sur de Italia que desapareció en 1993 y cuyo cadáver fue en 2010 emparedado en el techo de la Iglesia de la Santísima Trinidad de su ciudad.
En la llamada, el obispo de Roma mostró a Filomena que reza mucho por su hija y por su marido, Antonio Claps, enfermo desde hace tiempo y que murió un día después de la llamada del pontífice.
La desaparición de Elisa Claps, de 17 años conmovió a toda Italia en el año 1993 y removió la conciencia del país en el año 2010, cuando unos operarios encontraron su cadáver emparedado en la Iglesia de la localidad. Elisa formaba parte del coro de la parroquia y la mañana del 12 de septiembre de 1993 salió de casa para asistir a una función religiosa junto con una amiga en una iglesia cercana a su domicilio.
A raíz del descubrimiento, comenzó una investigación que señaló como culpable a Danilo Restivo, amigo de la joven, quien ya fue declarado culpable del asesinato en 2002 de Heather Barnett, por lo que se le condenó a cadena perpetua con posibilidad de libertad vigilada después de un mínimo de 40 años en prisión.
En la llamada, el obispo de Roma mostró a Filomena que reza mucho por su hija y por su marido, Antonio Claps, enfermo desde hace tiempo y que murió un día después de la llamada del pontífice.
La desaparición de Elisa Claps, de 17 años conmovió a toda Italia en el año 1993 y removió la conciencia del país en el año 2010, cuando unos operarios encontraron su cadáver emparedado en la Iglesia de la localidad. Elisa formaba parte del coro de la parroquia y la mañana del 12 de septiembre de 1993 salió de casa para asistir a una función religiosa junto con una amiga en una iglesia cercana a su domicilio.
A raíz del descubrimiento, comenzó una investigación que señaló como culpable a Danilo Restivo, amigo de la joven, quien ya fue declarado culpable del asesinato en 2002 de Heather Barnett, por lo que se le condenó a cadena perpetua con posibilidad de libertad vigilada después de un mínimo de 40 años en prisión.
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