Destierra tus prejuicios, elimina de ti los malos pensamientos, que te dañan y te hacen dañino. Aprende a buscar su causa y mantén el control sobre ellos. Si una persona te desagrada, analiza el por qué. Cuando te encuentres ante ella, domina tus impulsos, evita los nervios o agresividad: No dejes que sea ella -o tus pensamientos- quien determine tu estado de ánimo. Que tengas o no un buen día no debe depender del humor de los que nos hacen mal.
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