¿Te has parado a pensar en las veces que sonreímos al cabo del día? Cuántas veces nos resistimos a sonreír ante las cosas y las personas que nos encontramos.
Y si embargo, una sonrisa por la mañana, al levantarnos, pensando en todo lo bueno que nos ha ocurrido, o en la ilusión por lo que nos sucederá, nos ayuda a enfocar el día con otra perspectiva, con otro humor.
La sonrisa no empobrece a quien la da y enriquece a quien la recibe, dura un instante y perdura en el recuerdo eternamente. La sonrisa no habla, pero dice mucho de quien la da y es portadora de mucha información positiva. Sonreír libera endorfina, aporta color, calor, ilusión...
No te olvides nunca de sonreír.
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