Muchos años antes de ingresar a la vida religiosa, la Hermana Mary Gianna Thornby era una estudiante de secundaria que sobrevivió a una de las masacres más letales ocurridas en un colegio de Estados Unidos.
Se trata del tiroteo del 20 de abril 1999 en el Columbine High School de los suburbios de Denver, Colorado. Aquel día dos estudiantes, de 17 y 18 años, asesinaron a balazos a 13 personas e hirieron a más de 20, para luego quitarse la vida cometiendo suicidio.
Uno de los sobrevivientes, Mary Gianna Thornby, cambió su vida por completo tras el traumático suceso.
Al igual que muchos estudiantes de secundaria, ocasionalmente luchaba con su identidad, había experimentado algo de acoso escolar y, en última instancia, solo quería adaptarse. No fue criada en un hogar cristiano; en ese momento, Dios, la fe, y ciertamente la Iglesia Católica, no le importaban.
“Al crecer, realmente no sabía si Dios existía o no, o que tenía un plan”, dijo Mary Gianna a CNA -agencia en inglés del Grupo ACI-.
La religiosa relata que tenía la costumbre de ir a la biblioteca a estudiar todos los días durante el almuerzo. En su segundo año, junto a una amiga, decidieron cambiar sus horarios para tener dos horas libres en el almuerzo y poder estudiar más.
Esa mañana de abril, sentada en la clase de arte, justo antes de la hora del almuerzo, Mary Gianna dijo que sintió una urgencia abrumadora de abandonar la escuela. Recuerda haber pensado: “Me voy a ir a casa, y nadie va a disuadirme de no irme”.
Su amiga estaba confundida y le preguntó a Mary Gianna por qué no iban a la biblioteca como siempre lo hacían. Ella sugirió que fueran y estudiaran para un próximo examen en un restaurante, así que salieron de la escuela y se subieron al auto de Mary Gianna.
Mientras se alejaban, Mary vio por el espejo retrovisor a cientos de sus compañeros salir corriendo de la escuela.
Sin tener idea de lo que pasaba, Mary y su amiga simplemente continuaron y llegaron a una tienda de bagels. Fue allí donde se enteraron de la masacre.
Mary Gianna se enteró al poco tiempo de que la mayoría de los asesinatos sucedieron en la biblioteca, el lugar que concurría.
“¿Por qué no estaba allí? Todos los días estuve allí, pero ese día, ¿qué me dio ganas de irme?”, se preguntó.
También recordó que alguien le dijo: “Dios debe tener un plan para tu vida”.
“Me di cuenta de que Dios existía, y Él tenía un plan, pero en ese momento no sabía quién era Dios. Y en ese momento, la gente se preguntaba cómo podría Dios permitir que algo así sucediera”, dijo Mary Gianna.
Al año siguiente, la joven empezó caminar en el lugar donde estuvo la biblioteca, que había sido demolida por los múltiples asesinatos, y también solía preguntarse por qué se salvó.
En ese momento, tuvo algunos impulsos de fe, pero todavía no tenía respuestas claras.
Mary Gianna cuenta que comenzó a beber, ir a fiestas, a buscar otras cosas, pero sabía en su corazón que no era lo que realmente quería. En su último año sintió que había “tocado fondo” y perdió toda esperanza.
“Fue en esos momentos, en los que sentí que simplemente no podía continuar con mi vida, que uno de mis amigos me invitó a la Iglesia Católica en St. Francis Cabrini en Littleton, Colorado”, dijo.
Luego, se reunió con un representante de la Franciscan University of Steubenville en Ohio, quien le alentó a ingresar a una universidad. También conoció a una catequista de jóvenes llamada Kate.
“Ella comenzó a hablarme de un Dios que me amaba apasionadamente”, recordó Mary Gianna.
Kate le contaba que Dios tenía un plan para ella y que había sido creada a su imagen y semejanza.
“No solo Dios me sacó de Columbine ese día, él me estaba llevando a casa ese día. Él me estaba llevando a sí mismo. Y quería decir ‘sí’ con todo mi corazón al plan de Dios. Me di cuenta de que tenía un plan y quería decir ‘sí’ a ese plan”, dijo Mary Gianna.
La joven terminó inscribiéndose en la universidad franciscana con la ayuda de sus padres.
En su primer año en universitario participó del Ritual de la Iniciación Cristiana de los adultos; y en la Misa de la Vigilia de Pascua del 30 de marzo de 2002, a la edad de 19 años, fue recibida en la Iglesia Católica.
Mary Gianna experimentó el llamado a la vida religiosa en 2008, cuando fue a la Catedral de St. Paul, en Minnesota. Fue a través de la Misa que ella sintió la presencia de Dios frente a ella. Salió de la capilla cambiada: Todo lo que ella quería era la vida religiosa.
La joven eligió una orden carismática, franciscana, contemplativa y misionera llamada Discípulos del Señor Jesucristo, que la llevó a Prayer Town, Texas, al noroeste de Amarillo. Pronunció sus votos finales el 4 de agosto de 2018.
Veinte años después de la tragedia de Columbine, Mary Gianna asegura que varios de sus ex compañeros de clase están encontrando la fuerza para hablar sobre lo que sucedió ese día, y que ella se mantiene en contacto con algunos.
“A menudo pienso en la gran tragedia de la muerte de Jesús en la cruz, y cómo condujo a nuestra salvación, y que incluso en medio de la tragedia en Columbine, Dios puede traer el bien. Que Él sacaría la vida de la muerte. Y creo que lo hemos visto de muchas maneras”, reflexionó.
La Hermana Mary Gianna cree que el Señor la transportó de una vida de desesperación y desesperanza a un lugar de gran alegría, y le regaló el deseo de compartir la “plenitud de la vida” con los demás.
“Realmente siento cómo los sufrimientos que he tenido en esta vida; me han mantenido cerca del Señor. Y creo que es el llamado a confiar en Dios, que Él nunca permite que ocurra una tragedia o una angustia a menos que Él pueda sacar un mayor beneficio de ella”, agregó.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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