Este artículo que hoy ha
salido publicado en mi semanal tribuna de Información San Fernando va dedicada
a esos “librepensadores” que escriben con las manos atadas, a esos “ilustrados”
que dicen grandes mentiras que pueden sonar a verdad, a todos esos que
persiguen un día sí y otro también a la Iglesia Católica, a cuanto la
componemos y por tanto a las Hermandades y Cofradías que por su particular
carisma de hacer protestación de Fe pública son especialmente perseguidos y
difamados…
Este artículo, en los que
defiendo mi Fe, a la Iglesia Católica, a cuantos la conformamos, a las
Hermandades y Cofradías, los escribo desde la más absoluta Libertad esa que me
da Cristo que es Camino, es Verdad y es Vida.
Jesús Rodríguez Arias
ODIAR
POR ODIAR
Ahora está muy de moda eso de
la incitación al odio que incluso puede declararse un delito sobre todo si se
incita a odiar a los que odian a todo y todos los que no pueden ni ver en
pintura.
Si el odio es contra los
nuevos progres que en verdad son muy retrógrados en ideas pasa a ser cuasi
delito moral ante la misma sociedad porque a ver quién es el guapo que le lleva
la contraria a los que dicen defender la verdad por medio de la mentira. Esos
nuevos “profetas” son intocables pues están instalados en ese gran sanedrín
donde juzgan y condenan a todos los que no piensen como ellos que en verdad son
casi todos…
Pero si es al revés, si la
crítica más mordaz, si la ofensa más dura e hiriente la hacen los que sientan
cátedra utilizando cualquier tribuna ya sea en un diario, sus respectivos blogs
o en cualquiera de las redes sociales, es contra Dios, la Santísima Virgen, la
Iglesia y por ende las Hermandades y Cofradías eso no es incitación al odio,
eso no es delito, eso es libertad de opinión así como de expresión de los que
en verdad son ateos no solo en creencias sino también en la concepción de la
Libertad con mayúsculas en la que simplemente no creen pues no olvidemos que
esta termina cuando se transgrede la fina línea del respeto a los demás.
¿Por qué ofenden a Dios los
que dicen no creer? Porque no pueden soportar que exista, que sea el Creador
del mundo, que el Amor más absoluto y desprendido es la Buena Nueva que nos
entregó su Unigénito cuando nos salvó de las zarpas de la oscuridad con su
Pasión, Muerte y Resurrección. No olvidéis que la negación constante que
realizan los mismos de siempre es la constatación de la existencia del Señor
pues nadie niega lo que piensa no existe.
Ofender y criticar a Dios, a
la Santísima Virgen María, a la Iglesia, a todos cuantos la componemos y por
tanto a las cofradías que es un movimiento religioso y social que mueve
millones de personas, es prioritario para los que no creen ni quieren que nadie
crea. El apostolado cofrade siempre digo es puerta de entrada a muchos en la
misma Iglesia. Los criticones desean poner el dedo en la llaga menospreciando,
insultando, incitando al odio contra las hermandades y cofradías porque saben
que cuando estas salen a la calle ofrecen un testimonio de Fe pública que no
están dispuestos a soportar, que con sus cortejos, misterios e imágenes aportan
a todos cuantos la presencian una catequesis plástica de difícil negación. Por
eso le molestan tanto las Hermandades y Cofradías a estos retorcidos ateos, a los
que profesan el laicismo como única religión, los que quieren imponer su
pensamiento como único y verdadero, porque ponemos a Dios, a la Santísima
Virgen y a la Iglesia que tanto odian delante de todos sin ningún tipo de
complejos.
Es comprensible que se odie
tanto a las cofradías y a cuantos las componemos porque no nos da vergüenza
quitarnos el antifaz e ir a cara descubierta manifestando nuestra Fe delante de
todos e incluso de ellos, de los que nos quieren marcar un gol por libre
directo y con la venia de propios y extraños ridiculizarnos con sus gratuitos
menosprecios, alegrándose de cuantos desafueros podamos tener como el regocijo
que mostraron algunos cuando a la Hermandad del Caminito de Cádiz le sellaron
las puertas del Templo con silicona el pasado Miércoles Santo.
Pero ese odio, esa enfermiza
inquina, a Dios, a la Iglesia, a todos cuantos la conformamos y por supuesto a
las HH. y CC. por parte de esos que siempre parecen estar enfadados con el
mundo, que presumen de ideas y pensamientos razonados, que intentan acabar con
todos los vestigios religiosos en las instituciones y lugares públicos, que han
hecho de sus vidas una constante persecución a la Fe que profesamos los
católicos, esos sentimientos dichos, escritos y proclamados no es incitación ni
delito sino el soberano uso de la “libertad” de expresión, de la suya, de las
que ellos creen, de las que quieren implantar, porque la de los demás les
importa un bledo a estos nuevos “ilustrados” de pacotilla.
Jesús Rodríguez Arias
No hay comentarios:
Publicar un comentario