La Pasión de Cristo fue el tema central de la presentación de arte sacro contemporáneo “Soli Deo Gloria 2018” realizado en el Templo Mayor del Campus Oriente de la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Chile.
Soli Deo Gloria, palabras en latín que significan “Sólo a Dios la Gloria”, era la firma que utilizaba el célebre compositor alemán Johann Sebastian Bach en cada una de sus composiciones.
Esa rúbrica inspiró en 2012 la creación de un concierto de música sacra-contemporánea para adorar a Jesús Sacramentado.
Desde entonces, la Pastoral UC y el Instituto de Música UC, organizadores de la actividad, motivan a los alumnos, exalumnos, académicos, compositores e intérpretes de la casa de estudios a componer y montar obras religiosas contemporáneas.
Continuando el camino iniciado en 2017 en torno al Triduo Pascual, el 25 de octubre el Soli Deo Gloria se centró en La Pasión de Cristo, por lo tanto las obras artísticas desarrollaron el sentido y la importancia del sacrificio de Jesús.
De esta forma, el público rezó y participó de la Adoración Eucarística animado por las distintas obras musicales, de literatura y de artes plásticas preparadas cuidadosamente para la ocasión.
Los alumnos del Instituto de Música UC Tomás Hurtado, Alan García y Tomás Rubio fueron los encargados de componer las obras corales y de ensamble.
Los estudiantes Emilio Barraza, María Ignacia Caro y Valentina Ponce se hicieron cargo de las obras literarias. Mientras que Javiera Ruz, Isabel Margarita Wahl y Catalina Jouanne de la carrera de artes trabajaron en las creaciones plásticas.
Asimismo, los académicos William Child, a cargo del coro; Luciano Aliocha Solovera, en el ensamble; y Roberto Onell, que lideró la literatura; fueron parte fundamental en el proceso de creación artística, siendo un apoyo constante para los alumnos y guiándolos en sus respectivas áreas.
La preparación de la séptima versión del Soli Deo Gloria demoró más de seis meses y consistió en momentos de reflexión en torno a la Pasión y Muerte de Cristo, la creación de las obras, sus respectivos ensayos y la puesta en escena.
“Tuvimos encuentros en los que compartimos nuestros avances, así como experiencias anteriores y testimonios que nos han ayudado a ir perfilando nuestras reflexiones. El aporte del equipo de académicos fue fundamental”, expresó Isabel Margarita Wahl, organizadora del Soli Deo Gloria.
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