La tradición de celebrar la misa en los lugares donde tuvieron lugar los momentos de la Pasión de Jesús se remonta a los primeros siglos de la era cristiana. Así, cada año, los frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa animan las liturgias de estas peregrinaciones cuaresmales. La primera se llevó a cabo el 25 de febrero en la pequeña iglesia del Dominus Flevit, en las laderas del Monte de los Olivos.
Frente a los frailes y a un nutrido grupo de fieles, después de las vísperas, se proclamaron las lecturas y el Evangelio referido al lugar. Durante su entrada triunfal en Jerusalén, Jesús miró la ciudad desde arriba y predijo su caída. Dominus Flevit significa “el Señor lloró” y, de hecho, recuerda el lugar en el que Jesucristo lloró sobre Jerusalén diciendo: «¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! [...] Porque no reconociste el tiempo de tu visita». (Lc 19, 41-44).
El santuario del Dominus Flevit fue construido por el arquitecto italiano Antonio Barluzzi en 1956 sobre los restos de una iglesia bizantina del siglo V. El tejado de la iglesia tiene forma de lágrima, precisamente para recordar el llanto de Jesús.
Tras la proclamación del Evangelio que recuerda el episodio bíblico, como es habitual, un profesor del Studium Biblicum Franciscanum pronunció la homilía. «Las lágrimas de Jesús tienen que ver con nuestro presente – explicaba don Luigi Epicoco -. Jesús llorando sobre Jerusalén apela a la vida actual de cada uno de nosotros». La ciudad de Jerusalén que hiere a Jesús es como el hombre representado por San Pablo en la segunda lectura: «el hombre replegado en sí mismo, que cree estar saciado pero no es feliz». El llanto de Jesús – sigue explicando don Luigi Epicoco – es en cierto sentido de “impotencia”, al ver la autodestrucción de Jerusalén. «A veces nuestra vida se percibe como autodestrucción – afirmó –, pero la historia de salvación del cristianismo comienza cuando nosotros ya no podemos hacer nada más. Lo imposible solo puede realizarlo Jesús. Jesús no nos enseña a salvarnos, sino a dejarnos salvar».
Al finalizar la misa, fray Sebastiano Eclimes, superior del Dominus Flevit, ofreció a todos los asistentes un pequeño refrigerio delante del convento, junto con la belleza natural de la vista de Jerusalén al atardecer.
El calendario para las próximas peregrinaciones de la Cuaresma 2018 es el siguiente:
Miércoles 7 de marzo: Getsemaní, misa solemne a las 16:00
Miércoles 14 de marzo: Flagelación, misa solemne a las 17:00
Jueves 15 de marzo: Betania, misa en la tumba a las 6:30, misa en la iglesia a las 7:30
Miércoles 21 de marzo: Litóstrotos, misa solemne a las 17:00
Beatrice Guarrera
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